Guadalupe, tierra milenaria, de epíteto ignorado -de soslayo- por autoridades y comunes, en clarísima negación de sus raíces prehispánicas.
Guadalupe, pueblo sistemáticamente desmembrado; de fronteras históricamente carcomidas, cercenadas, mordizquedas por propios y ajenos.
Guadalupe, pueblo que persigue con ojo cerrado el sueño casi utópico de ser PROVINCIA.
Guadalupe, pueblo cuyo nombre debió ser quizá Omnep, quiza Anlape, etc., en aras de un nombre con identidad, en aras de un nombre único (en el mundo hay más de un par de docenas de pueblos que llámanse Guadalupe, o algo parecido)
¿Hasta cuando Guadalupe, permitirás aquello?
Te amo Guadalupe, tierra milenaria, pero este amor no me obnubila, no me priva señalar tus tristezas; tristezas que desde siempre han sido mías, desde siempre me han dolido.
Guadalupe, no te enojes conmigo.