Tuesday, November 27, 2012

VIII jueves literario - G.L Namul

MIGUEL ANGELATS QUIROZ , RECARGADO

Comparto con ustedes este trabajo de rescate y difusión, labor que vengo realizando desde hace buen tiempo. Es el primer intento (editorial) por presentar al público la obra, injustamente postergada, del vate guadalupano.

En CUATRO MÁS, plaqueta de poesía donde rescato a 04 nuevos poetas guadalupanos, incluyo a Miguel Angelats, con 06 poemas de su autoría. Esta obra fue presentada y difundida en el mes de julio, como un adelanto de SIMPLEMENTE ANGELATS.

SIMPLEMENTE ANGELATS, plaqueta de poesía del vate trilciano, Miguel Angelats Quiroz, fue presentada por primera vez el sábado 17 de noviembre de 2012 en el VI ENCUENTRO NACIONAL DE LITERATURA “VIRGILIO PURIZAGA AZNARAN” realizado en la ciudad de San Pedro de Lloc.

SIMPLEMENTE ANGELATS será presentada en el VIII JUEVES LITERARIO que se llevará a cabo en la ciudad de Guadalupe, tierra natal del vate, este jueves 29 de noviembre.

SIMPLEMENTE ANGELATS, consta de:

Texto introductorio: Robert jara

Comentarios críticos (breves): Ricardo Ayllón, Antonio Escobar, Alíndor Terán, Alberto Alarcón, Juan Paredes Carbonell., Saniel Lozano, Eduardo Paz Esquerre.

Poemas: un total de 21 poemas.

Como es de conocimiento de muchos amigos, el fin último desde que inicié este trabajo es llegar a publicar la obra de Angelats en libro…

Espero que se valore este humilde esfuerzo, sin mezquindades, sin ninguneos, sin olvidos de por medio.

Friday, October 12, 2012

Simplemente Angelats

Un trilciano en Guadalupe

(Texto introductorio, por Robert Jara,  de la plaqueta de poesía del vate guadalupano /trilciano  Miguel Angelats Quiroz)

I

Miguel Angelats es un caso sui géneris, sin lugar a dudas, dentro de la breve tradición literaria de Guadalupe. Por conversaciones personales sostenidas con la mayoría de los escritores vivos de Guadalupe y de Trujillo descubrí con asombro que si bien muchos habían oído que Angelats era un poeta y un excelente orador, casi nadie lo había leído (ni oído), a excepción de los que lo conocieron en vida. Entonces, colegí que se le había concedido el título de poeta y orador por tradición, fe y gratitud, seguramente. Hasta hace un lustro yo había leído apenas el poema Huida de Angelats , el cual había sido publicado en la revista Runakay (1977, Nº 04); poema tomado, según nota aclaratoria de Runakay, de la revista Espigal (1959); poema que incluí en la plaqueta Poemalia (Ediciones Namul, 2007, pag. 18). Si este era el nivel de conocimiento que tenía sobre la obra poética de Angelats alguien comprometido con la literatura, huelga decir lo que sucedería con el nivel de conocimiento de las personas no comprometidas. Esto fundaría y ahondaría mi afán por conocer y difundir la obra de este poeta guadalupano. Y es en estos afanes que algunos escritores que conocieron a Angelats en persona me ofrecieron conseguir algunos datos biográficos, algunos poemas, algunos discursos del poeta guadalupano; pero apenas lograron confirmarme lo que ya había oído: era un buen poeta y un buen orador; así como también confirmarme que lo poco que Angelats había publicado en vida lo habría hecho en las páginas del diario Norte.

II

No fue, sino hasta hace un par de años, que pasando asistencia en un aula de la Universidad César Vallejo, me topé con el nombre Juan Angelats; fue imposible que el nombre de mi nuevo estudiante no me trajera a la memoria a Miguel Angelats y la deuda literaria que tengo con éste, por lo que ni bien terminé de pasar lista abordé a mi estudiante. Tras la pregunta de rigor −¿Conoces a Miguel Angelats?−, Juan me dijo que no sólo lo conocía, sino que Miguel Angelats era su tío; entonces le manifesté mi afán de conocer la vida y obra de su tío, y de inmediato me dijo que podría conectarme con su prima Helga Angelats , nada más ni nada menos, que hija de Miguel Angelats. Y así fue, como hace un par de meses, tras un diálogo extenso, aunque fragmentado y poco fluido a través de la Internet, Helga, yo y Juan, nos reunimos en persona. Hablamos largo y tendido, comiendo y bebiendo. En el fragor de la conversa Helga me confesó que algunos años atrás había recopilado (parte de) los poemas que su padre publicara en el diario Norte; pues se había propuesto publicar y difundir la obra de su padre, pero que motivos ajenos a su voluntad no se lo habían permitido. Tras convencerse –me lo confesó luego– de mis desinteresadas intenciones literarias, Helga finalmente dijo lo que yo había estado esperando por largo tiempo: Robert, el próximo sábado que voy a casa, te envío todos los poemas que he recopilado de mi padre. Helga, con el apoyo de su amigo Jorge Benites , se había tomado el trabajo de fotografiar, y luego tipear en digital, los poemas de Miguel Angelats publicados en el diario Norte . Salté en un pie, sin moverme de mi silla; se me iluminó el rostro: por fin leería otros poemas del poeta guadalupano, por fin tendría poemas (prácticamente) inéditos para publicar y difundir en Guadalupe (en particular) y en otros espacios geográficos.

III

Por días rogué que Helga no se desanimara y cumpliera su promesa: entregarme los textos de su padre. Pero luego, cuando ya tuve el sobre manila en mis manos, rogué porque los textos que yacían dentro fueran de tal factura poética que mi (búsqueda) espera (nza) valiera la pena. Un temor primitivo sustentado en la teoría de probabilidades mantenía viva la posibilidad más trágica: que la poesía de Angelats fuera un fiasco, digna de todo olvido. De haber sido así, ahí habría terminado mi interés por Angelats, ahí habría abandonado mi larga búsqueda; pues su guadalupanidad no hubiera bastado para derrumbar mi convicción a prueba de balas: lo guadalupano se apoya sí y sólo sí tiene valor (literario, en este caso). Para suerte mía y la de todos los guadalupanos, tras la primera lectura a vuelo de pájaro, me quedó una grata sensación en el pecho. Tras lecturas más sosegadas e íntimas se esfumó de mí todo temor primitivo, y me preparé a dar la bienvenida, con conocimiento de causa, ahora, a este nuevo poeta guadalupano. Me invadió un sentimiento de culpa descubrir que esta poesía de buena factura literaria permaneciera oculta bajo el polvo del olvido.

IV

Es importante aclarar que aunque Angelats publicara durante años en el diario Norte de Trujillo, y quizá lo hiciera, la lógica así lo dicta, en otros medios escritos contemporáneos, respecto a la publicación y difusión de su obra es, sin caer en arbitrariedades ni mezquindades, un poeta desconocido, un poeta nuevo, a pesar de contar desde siempre con el título de poeta (y de orador). En realidad lo mismo sucedía en Trujillo, por ejemplo, ciudad donde se asentó definitivamente, a excepción de algunos años que lo hizo en Lima.

Ya con un corpus literario, aunque breve, de Angelats en mano; ya con la certeza de que Angelats es un poeta guadalupano que merece ser (re)conocido por justicia literaria ─y no por chovinismo trasnochado─, sólo sería cuestión de tiempo el que su obra viera la luz negada por las décadas. Y así fue. Angelats es al poco tiempo incluido en la plaqueta Cuatro más (Ediciones Namul, julio de 2012) como uno de los cuatro nuevos poetas (re)insertados a la breve tradición literaria de Guadalupe (y del Perú). En Cuatro más se publican sólo 06 poemas , por cuestiones de espacio, de los 21 que componen el corpus (recopilado), como si de un avant premiere de Simplemente Angelats se tratara.

Simplemente Angelats aunque es el colofón lógico ─más factible─ del proceso de búsqueda, rescate y difusión de la obra de Angelats, no es el colofón ideal: la plaqueta debe necesariamente elevarse al libro; y el libro, necesariamente elevarse (ampliarse) hasta cubrir la obra completa del vate guadalupano. Es el colofón editorial, aunque humilde por su formato y tiraje, ambicioso por su finalidad.

Simplemente Angelats, es una plaqueta que reúne en un solo espacio textual, por vez primera, el corpus poético más amplio y ambicioso del poeta guadalupano: 21 poemas, que dispuestos en orden cronológico, según fecha de publicación, son:

01. Huida (1959) / 02. Crepuscular (Trujillo, 20 de diciembre de 1959) / 03. Mensaje de año nuevo (*) (Trujillo, 01 de enero de 1960) / 04. Presencia marina (*) (Trujillo, 28 febrero de 1960) / 05. Búsqueda de mi voz (Trujillo, 10 de abril de 1960) / 06. El principio (*) (Trujillo, 05 de junio de 1960) / 07. Te juramos, amauta (Trujillo, 28 de julio de 1960) / 08. Canto para acabar mañana (Trujillo, 18 de setiembre de 1960) / 09. Juguete primaveral (Trujillo, 23 de setiembre de 1960) / 10. Encuentro con la luz (*) (Trujillo, 27 de Noviembre de 1960) / 11. En su tránsito (Trujillo, 04 de junio de 1961) / 12. Mandato de las sombras y la luz (Trujillo, 28 de julio de 1961) / 13. Increpación nocturna (*) (Trujillo, 12 de noviembre de 1961) / 14. Palabras de esperanza (Trujillo, 13 de enero de 1962) / 15. Víctor Raúl (Trujillo, 22 de febrero de 1962) / 16. Gris (Trujillo, 08 de abril de 1962) / 17. Palabras del silencio (Trujillo, 18 de agosto de 1963) / 18. Palabras para el tiempo (Trujillo, 1963 ó 1964) / 19. Bohemia (Trujillo, 23 de febrero de 1964) / 20. Viaje a la sombra (*) (Trujillo, 12 de julio de 1964) / 21. ¡Búfalo! (Julio de 1979)

El poema 01 tiene como fuente primaria a la revista Espigal (1959); de donde es tomado y publicado por la revista literaria Runakay (1977, Nº 04); el poema me lo facilita el poeta Antonio Escobar el 2007. Los poemas del 02 al 20 tienen como fuente primaria a la Página Literaria del diario Norte de Trujillo, publicados entre 1959 −1965, y facilitados a mí por Helga Angelats el 2012. El poema 21 tiene como fuente primaria a la Revista ABC (1979, Año IV - Nº 61, julio 12 - julio 26); de donde es tomado por el blog Comando Universitario Aprista de la Universidad Nacional Federico Villarreal; el poema lo ubiqué en la Internet el 2012.

Los poemas de Simplemente Angelats han sido (re)ordenados atendiendo a su forma. De ahí que el poemario se divida en dos partes: la primera, Verso, que consta de los poemas en verso: 01, 02, 03, 04, 05, 08, 09, 10, 12, 13, 14, 16, 17, 18, 19, 20, 21; y la segunda, Prosa, que consta de los poemas en prosa: 06, 07, 11, 15.

V

Miguel Angelats perteneció al grupo literario Trilce, uno de los grupos literarios más importantes del norte del Perú; membresía, por cierto, sin parangón en la breve tradición literaria de Guadalupe. Se codeó, sólo por mencionar algunos nombres, con Teodoro Rivero-Ayllón, Juan Paredes Carbonell, Santiago Aguilar, Eduardo González Viaña, Eduardo Paz Esquerre, Jorge Díaz Herrera, Mercedes Ibáñez Rosazza, Gerardo de Gracia (+), Rogelio Gallardo (+), Manuel Ibáñez Rosazza (+), Juan Morillo Ganoza (+), Julio Garrido Malaver (+) (escritores); Gerardo Chávez, Manlio Holguín, Armando Reyes (+) (pintores); Cristóbal Campana (historiador); Walter Palacios Vinces, Juvenal Ñique, Horna, Víctor Raúl Haya de la Torre (+), Antenor Orrego (+) (políticos, periodistas, pensadores)... Su sola pertenencia a Trilce (y su cercanía a los miembros del grupo) bastaría, como viene sucediendo, para que el nombre de Miguel Angelats se cuele por las rendijas de la historia literaria de la región; pues sucede que sus colegas de letras como quienes estudian a Trilce no pueden evitar decir, ya sea por nostalgia, por coyuntura y/o por inercia históricas, lo buen poeta y excelente orador que era Miguel Angelats. Si bien esto asegura su permanencia en la historia literaria, más importante y justo sería que su permanencia fuera asegurada por la calidad estética de su obra; es decir, por un lugar ganado a pulso dentro del canon literario. Pero, lamentablemente, lo último sólo sería posible si se publica y difunde, en forma integral y sistemática, la obra del poeta guadalupano; he ahí el sentido exacto de este breve trabajo.

Resulta sintomático que Miguel Angelats, habiendo sido un miembro consuetudinario y activo del grupo literario Trilce, no publicara libro alguno en vida, así como el que tampoco Trilce lo hiciera a 14 años de su muerte, ya sea como un tributo a la amistad, un tributo al recuerdo, ya sea como un homenaje póstumo, ya sea como un gesto de justicia literaria. Quizá estoy endosándole, equívocamente, a Trilce una deuda espuria, que sólo cobra realidad desde mi condición de guadalupano; aunque yo esté convencido que dicha realidad se deba más bien al indiscutible valor literario e histórico que el grupo ostenta; valor que exige la difusión de la obra, no sólo de Miguel Angelats, sino de todos los autores inéditos y/o olvidados de Trilce. Contándole, hace poco, a Teodoro Rivero−Ayllón, principal promotor de Trilce, sobre el trabajo que vengo realizando con la obra del poeta guadalupano y la inminente publicación de Simplemente Angelats, emocionado me dijo: me parece muy bien, esa (la publicación) es una deuda que nosotros (Trilce) tenemos con Miguel.

VI

Dada la imposibilidad de acceder a los originales, debido a que el poeta (+) no ha dejado los originales (de puño y letra), para efectos de este trabajo, Runakay (poema 01), Diario Norte (poemas 02 al 20), Blog Comando Universitario Aprista de la Universidad Nacional Federico Villarreal (poema 21), fungen de fuentes primarias.

Esta imposibilidad, frustrante por cierto, nos priva de poder contrastar los poemas originales con los poemas fuentes; nos priva de poder discernir si los gazapos hallados son responsabilidad del poeta o de los editores; nos priva de poder saber si se tratan de simples errores de edición o de errores inherentes al proceso creativo del poeta.

Amparados en la buena fe, en la catadura poética de Miguel Angelats, y en mi criterio, se ha optado, para efectos del presente trabajo, por eliminar los gazapos. Se han realizado, además, leves ajustes ortográficos y de (signos de) puntuación. Los cambios (leves), en suma, son tales que no atentan contra el espíritu libre y creativo del poeta guadalupano.

VII

Todos los poemas a excepción del primero (Huida) y el último (¡Búfalo!), fueron publicados entre 1959 y 1964 ─19 poemas en 06 años / 03 poemas por año─ ¿Y la obra poética de Miguel Angelats producida entre 1965 y el año de su muerte (1998)? ¿Sería razonable suponer que en 34 años Angelats no habría escrito poesía, al menos al ritmo del periodo 1959−1964? Amparados en la dialéctica creativa y las matemáticas, lo razonable sería depositar la fe en los 102 poemas probables que esperan ser (re)descubiertos. Si a esto le sumamos el hecho de que el ritmo de creación siempre es superior al ritmo de publicación, y de que Angelats empezó a escribir (quizá) desde los 17 años, la cota inferior de poemas probables aquí calculada y propuesta no deja de ser un número realista. Esto justificaría los trabajos de investigación venideros sobre la obra literaria de este gran poeta guadalupano.

Miguel Angelats ha venido para sorprendernos y habitar definitivamente entre nosotros. He aquí su verbo intacto, poniendo las manos limpias en el fuego.

Wednesday, September 05, 2012

Miguel Angelats Quiroz

Nace en Guadalupe, el 05 de setiembre de 1937. Se va a Trujillo a la edad de 17 años, por motivos de estudio. No vuelve a residir más en Guadalupe.

Sus estudios primarios los realiza en la hoy escuela de menores 81032 (La Integrada) de Guadalupe; los secundarios, en el colegio José Andrés Rázuri de San Pedro de LLoc, promoción Hipólito Unanue (1955).

Estudia Educación, Filosofía y Derecho, en Universidad Nacional de Trujillo. En esta casa de estudios llega a ser Presidente (por votación multitudinaria) de la Federación Universitaria, Secretario de Cultura, y Miembro de la Comisión Reorganizadora del Departamento de Extensión Cultural.

Fue miembro de los Chicos Apritas (CHAP). Se convierte en dirigente de la Juventud Aprista (JAP). Celebra su bautizo a la edad de 21 años; y su padrino es el líder y fundador histórico del APRA: Víctor Raúl Haya de la Torre. Asume temporalmente, de manera circunstancial, como alcalde de Trujillo, durante el segundo gobierno (1967 – 1969) de Guillermo Larco Cox: iza la bandera del Perú a media asta en protesta contra la dictadura de Juan Velasco Alvarado y en defensa de la democracia, tras el golpe militar de 1968. En 1977 llega a ser secretario general del Comité Ejecutivo Departamental y luego dirigente nacional del APRA(1979). Apoya a los estudiantes de la UNT para que publicaran El Jurista, vocero de los universitarios apristas, cuya dirección recaía en los entonces estudiantes: Luis Alva Castro y Manuel Ibáñez Rossazza. Es detenido muchas veces, y hasta sufre cárcel, debido a sus ideas revolucionarias.

Fue redactor del diario Norte (1957), cuyo director era Julio Garrido Malaver; donde publica periódicamente entre otros textos, sus poemas. Funda, junto a Garrido Malaver, y dirige el semanario Pan Caliente, desde donde protesta contra los asaltantes del gobierno de turno. Perteneció al mítico grupo literario Trilce.

Tras ser elegido con la más alta votación popular, asume como diputado por La Libertad, durante el segundo gobierno de Fernando Belaúnde (1980-1985); motivo por el cual se va a vivir a Lima. Su estadía se alarga hasta el año 1996, cuando retorna definitivamente a Trujillo. Funda el quincenario La Protesta (agosto de 1997), desde donde combate enérgicamente a la dictadura fujimorista. Se convierte, respaldado por su trayectoria, en consultor político: por su despacho desfilarían los dirigentes de los diferentes distritos de la Provincia de Trujillo.

Miguel Angelats, considerado como uno de los mejores oradores que ha tenido el Perú, poeta, abogado y periodista, tras una penosa enfermedad, muere un lunes 8 de junio de 1998.

Mi padre recordaba a su tierra con mucho cariño y nostalgia a la vez. Añoraba mucho aquellos tiempos cuando era niño y hacía muchas travesuras, especialmente con su hermano Lucho, a quién quería muchísimo. Recordaba muchas anécdotas; extrañaba sus comidas, la feria de la Virgen de Guadalupe, etc. Yo diría, sin temor a equivocarme, que mi padre jamás apartó su presencia espiritual de su Guadalupe querido.

Recuerdo que mi padre, invariablemente, cada vez que venía a Trujillo (de Lima) aprovechaba la oportunidad para viajar a su tierra natal y visitar a sus familiares y amigos. (Helga Angelats, comunicación personal)


Increpación nocturna

(Poema incluido en la plaqueta Cuatro más)

1


Era un búho herido,
castigado de luz,
desesperado.

Grito nocturno y grave:
pronunciación del miedo
en cada sombra.

¡Aprender los canarios
el dolor de los búhos perseguidos!

¿Pueden saber acaso las palomas
lo que cuesta vivir
proscrito de la luz
en cada cementerio?

Pariente de la noche
el búho es consejero de la luna.

Y sin embargo
¿a quién le importa el búho prisionero
o muriendo al pie de alguna sepultura?

Cada grito fundado en su garganta
es una herida abierta
en la oquedad aguda de la noche.

Para el búho
Jamás hubo ni habrá nochebuena.

2

Dios olvidó el búho
el día que fundó el día y las estrellas;
no recordó que el noble prisionero
estaba haciendo guardia en las tinieblas.

(Soy pariente del búho
porque de mí también han olvidado
que estoy haciendo guardia en la miseria)

¡Muera la luz
y viva el cementerio!
¡Que mueran las palomas mensajeras!
¡Viva la muerte hembra que entre sombras
se deja enternecer de un búho enamorado!

¡Viva el temor
y abajo las estrellas!
¡Vivan los búhos santos de la tierra!
¡Viva mi corazón que entre tinieblas
ha aprendido a querer a un desterrado!

Friday, August 03, 2012

Walter Hinostroza Castro

Vengo del vientre de la tierra

(Poema inlcuido en la plaqueta Cuatro más)

Vengo del vientre de la tierra,
Del gusano y la mariposa
Donde el hombre espera la noche
Con un pan y un ave maría.

Vengo del Alfa y el Omega,
De la placenta y el semen,
Donde el niño con su llanto
Rompe el silencio de las noches.

Vengo de la arena y de la piedra,
Vengo del mar y de los ríos,
Vengo del barro y del adobe,
Vengo de los mochicas y los chimús.

Vengo del terremoto,
Del volcán y del glaciar,
En donde el fuego y el movimiento
Quiebran el tiempo.

Vengo del sonido de la trompeta
De Carlitos en los desfiles,
Donde el sudor y el llanto
Se mezclan con la sonrisa.

Vengo con una rosa a sembrarla
Con amor en los corazones,
Y que una esperanza
Tiña de su color el horizonte.

_________________________
Walter Hinostroza Castro:

Nace en Guadalupe, el 05 de setiembre de 1952. Se va a vivir (lo llevan) al puerto de Coishco, provincia del Santa, cuando tenía apenas 07 años de edad. Regresa a Guadalupe, después de algunos años: vive en la casa de su abuela paterna y de una tía (ambas ya fallecidas), ubicada en el Jr. La Victoria, mientras estudia el primer y segundo año de secundaria en GUE Nuestra Señora de Guadalupe; luego regresa a Coishco; desde entonces no ha vuelto a Guadalupe.

Escribe sus primeros versos cuando era muy joven. Llega a ser presidente de la Asociación Juvenil de Coishco, dirigente del Comité Central de Coishco, fundador del FUP y candidato a regidor por la Municipalidad Distrital de Coishco. Ha publicado el libro de investigación: Coishco, historia de un pueblo indomable. Tiene inéditos los poemarios: Huellas en el camino de mi pueblo, y He descubierto una mariposa nocturna en pleno día.

Thursday, August 02, 2012

Jorge Hidalgo Rosales

Rosa de los vientos

(Poema incluido en la plaqueta Cuatro más)


A Juan Ojeda, sobre el asfalto infinito

Entonces ella se deslizó, despertó mi olfato,Pasó cimbreándose con ruido de vidrios fragmentados
Y yo le canté así en su cadencia:
Tu cuerpo espiga de trigo, brisa dulce mi mirar.
Y ella oyó, tornó su faz hacia mí, sonrió,
Me atravesó con la brasa miel de sus ojos,
Con el río diáfano de su armónico resuello.
Los pájaros del aire chorreaban arco iris de su dorado plumaje.
(Ya más tarde yacía yerto sobre el pavimento entre las aspas
torneadas de sus muslos de rosa como maderos tiernos,
la sangre sobre mi morado labio brillaba con el fulgor ámbar de la avenida)
Y una voz que atizó mi horror cantó o rezó :
Un cuerpo destrozado sobre el asfalto vale menos
que las olvidadas envolturas de las mercancías;
Ebrios danzantes de las anónimas noches de la ciudad.

Las corneas opacas, los músculos duros, inflexibles...

Y volvió a girar su rostro hacia mí, sonrió,
Me miró con ternura desde sus juncos largos y curvados al viento,
Me escudriñó con todas sus armas desde su profunda prominencia
Me incendió con un repentino fogonazo de sus ojos

Y se puso a cantar hasta que su aliento a geranios derritió la cera de mis oídos que drenó densamente sobre el piso del navío.
Su canto se hizo claro como un trompetazo a medianoche
Y reventó los robustos nudos que me retenían al firme mástil.

La otra voz tornó a cantar, rezar o aullar:

Qué eres ahora amasijo de vísceras remolcado hacia autos de hielo sobre cuyo lomo habitan hembras estremecedoras poco hábiles en el arte de encantar a náufragos y argonautas.

Ya el canto se había urdido en mis tejidos magullados.
Yo navegaba con destreza sobre un mar afable y desierto.
Y el rumbo de mi nave inauguraba gigantescos peñascos con moluscos encadenados a la porosa superficie,
Los colores eran cosa reciente en las umbrías grutas de musgo tupido
Y de un modo inexplicable ya comprendía que el fulgor de sus ojos me aguardaba al final de los abismos
Y que su canto embriagador era tan sólo el guía mío en la densa sombra del poniente.
Y augurándome el cielo constelaciones favorables orienté mi astillada proa hacia los ignotos confines del océano.

______________________
Jorge Hidalgo Rosales:
Nace en Lima, el 28 de febrero de 1959. A los pocos días de nacido su familia regresa a vivir a Guadalupe, donde él vive su infancia y su adolescencia. A los 16 años parte a Lima, por motivos de estudios, en donde vive actualmente. Vivió un buen tiempo en el puerto de Chimbote. Desde entonces, jamás ha vuelto a Guadalupe.


Médico Cardiólogo de profesión, egresado de las aulas de la Universidad Mayor de San Marcos. Su poesía ha sido publicada en plaquetas y revistas de Lima y Chimbote. En marzo de 2001 obtiene el primer puesto en el concurso de poesía César Calvo, organizado por el Hospital Dos de Mayo de Lima con el poemario: La influencia del chilcano de guinda sobre la sístole cardiaca (Ediciones Isla Blanca, 2002), que fuera escrito en la década del ´80. Tiene inéditos los poemarios: Arcano xvi y otros poemas, Lobo hombre en Paris, Canciones para escuchar el último día de tu vida, y la novela corta, ambientada en Guadalupe, durante la feria de la virgen, llamada: Aprendiz.


Wednesday, August 01, 2012

Sonia Paredes Soto


De soledad y nostalgia

(Poema incluido en la plaqueta Cuatro más)


Se fue yendo sin forma Y sin camino
Sin una voz que alumbrara
El candil de sus recuerdos
Difuminando la historia
De gruesos puños silentes
Unos ojos que eternizan
Los rincones de sus silencios…
Alzó el viento a la espalda
Y jineteando se fue del pueblo
Callando la ausencia, aquella que le fustigaba el alma…
Un llanto adentro donde sólo él se escuchaba
Dejando atrás un olvido
Que en algún momento difícil
Le servirá de recuerdo…
Ninguna mano apretada
Ni gesto ni mirada
Sólo un suspiro hondo
Acorde con la distancia
Pero para el momento
¡Nada!
Quizá un guijarro de estrellas
Iluminando el camino
De esa noche cualquiera que intempestivamente
Crispó nostalgias postreras en su pecho descubierto
Yo lo creo en mi memoria
Una y otra vez
Como cansándome de acuerdos
Voluntad negada
Que se ha quedado dormida
En los fueros de mi espalda
Sabrá Dios ¿a dónde irás cabalgando tu tristeza,
Después de este invierno frío?
Mi pan de cada día….
Mi ternura
Mi eternidad
Mi camino
Mi mano
Mi fortaleza.

____________________
Sonia Paredes Soto:

Nace en Guadalupe, el 01 de setiembre de 1963. Se fue (la llevaron) de Guadalupe cuando tenía 06 −¿05?− años de edad. Con su familia se instaló en el puerto de Chimbote, donde actualmente vive. Desde entonces ha vuelto a Guadalupe, esporádicamente, sólo de visita.


Profesora de nivel primaria. Perteneció al Frente Artístico Literario Trincheras de La Universidad Nacional del Santa de Chimbote. Ha publicado en las revistas chimbotanas: El Universalismo, Bellamar, Trincheras, Mundo Cachina, Marea, Puerto de Oro, entre otras. Cofundó la revista cultural El Universalismo. Ha sido incluida en la antología Viento del Sur. Imagen de la poesía neochimbotana (2012).


Ha publicado, algunas veces, bajo el seudónimo de Guadalupe Rojas. Guadalupe, en homenaje al pueblo que nunca olvidó a pesar de los años y la distancia; y Rojas, por el apellido materno de su padre, el cual se condice con el carácter de su expresión poética.

Wednesday, July 18, 2012

Cuatro más

Letras guadalupanas desde la diáspora

(Texto introductorio de la plaqueta Cuatro más, por Robert Jara)

UNO

El referente literario más antiguo que tiene Guadalupe es Pablo Edmundo Céspedes Nureña (Guadalupe, 1876 − 1948). Esto convierte a Pablo Céspedes, por justica histórica, en el patriarca de la literatura guadalupana; aunque por cuestiones dialécticas es muy probable que exista alguien que lo precedió en el oficio pero que lamentablemente su obra no se conservó y/o publicó. La obra, después de todo es el único producto-evidencia del quehacer literario, y es lo que finalmente cuenta a la hora de hacer un balance literario, a la hora de reconstruir el proceso literario de un determinado espacio geográfico.

La nómina de escritores guadalupanos, hasta antes de Cuatro más, elaborada por mi persona, teniendo como único criterio de inclusión el haber escrito y publicado (en cualquier medio) consecuentemente (criterio débil), se reducía a sólo 14 autores.

Cuatro más es una plaqueta de poesía que (re)inserta dentro de la breve tradición literaria de Guadalupe a cuatro nuevos poetas que aunque nacieron y/o crecieron en Guadalupe, resulta que: 1) viven fuera de Guadalupe, por décadas; 2) sus edades superan los 48 años, individualmente; 3) están desconectados de Guadalupe, (casi) completamente; 4) en Guadalupe nadie sabe de su existencia literaria, salvo raras excepciones; 5) son parte activa de la movida literaria de sus respectivos lugares de residencia, 6) son poetas no advenedizos. Por (1, 2, 3, 4, 5, 6) los cuatro poetas incluidos en Cuatro más y por extensión sus obras, aunque no son nuevos para el lugar donde viven (o vivieron), sí lo son con seguridad para Guadalupe. En este sentido estricto, los cuatro poetas y sus obras son un hallazgo, un descubrimiento que llega a ampliar y a enriquecer la nomina de escritores y el corpus literario guadalupanos.

Cuatro más es el espacio textual donde se hilvana un coro polifónico, al margen de las conciencias y las voluntades involucradas, a partir de cuatro voces poéticas que cantan con tono propio y seguro (en y) desde la diáspora; un coro para el deleite de la tierra que los cuatro poetas dejaron hace décadas en busca de sueños.

Cuatro más reconfigura la breve tradición literaria de Guadalupe. La nomina de escritores de Guadalupe se actualiza –con los nuevos poetas que aparecen en negrita– y queda así:

01. Pablo Edmundo Céspedes Nureña (Guadalupe, 1876 – 1948 / 02. Manuel Banda Deza (Guadalupe, 1927 – 1985) / 03. Miguel Angelats Quiroz (Guadalupe, 1937 – 1998) 04. Antonio Escobar Mendívez (Jequetepeque, 1945) / 05. Carlos Antinori Ascoy (Guadalupe, 1947) / 06. José Lozano Silva (Pueblo Nuevo, 1948) / 07. Walter Hinstroza Castro (Guadalupe, 1952) / 08. Jorge Hidalgo Rosales (Lima, 1959) / 09. Sonia Paredes Soto (Guadalupe, 1963) / 10. Robert Jara Vélez (Guadalupe, 1969) / 11. Alexander Monsefú Mendoza (Guadalupe, 1972) / 12. Víctor Campos Cruzado (Guadalupe,1975) / 13. Lucio Ríos Barahona (Guadalupe,1975) / 14. David Mendoza Rodríguez (Guadalupe, 1975) / 15. Miguel Ángel Arbildo Ramírez (Chiclayo, 1976) / 16. Iván Ruiz León (Guadalupe, 1976) / 17. Josué Vallejos Vásquez (Guadalupe, 1977) / 18. Wilder Chilón Alvites (San Pablo, 1984)

Es importante notar que a pesar del carácter condescendiente, paternalista y democrático del criterio de inclusión, la nómina de escritores de Guadalupe es muy breve para casi un siglo de creación literaria, como breve también lo es el corpus literario. Pero, breves o no, es lo que le corresponde a Guadalupe por justicia literaria e histórica.

DOS

Miguel Angelats es un caso sui géneris, sin lugar a dudas, dentro de la breve tradición literaria de Guadalupe. Por conversaciones personales sostenidas con la mayoría de los escritores vivos de Guadalupe y de Trujillo descubrí con asombro que si bien muchos habían oído que Angelats era un poeta y un excelente orador, casi nadie lo había leído (ni oído), a excepción de los que lo conocieron en vida. Entonces, colegí que se le había concedido el título de poeta y orador por tradición, fe y gratitud, seguramente. Hasta hace un lustro yo había leído apenas el poema Huida de Angelats , el cual había sido publicado en la revista Runakay (1977, Nº 04); poema tomado, según nota aclaratoria de Runakay, de la revista Espigal (1959); poema que incluí en la plaqueta Poemalia (Ediciones Namul, 2007, pag. 18). Si este era el nivel de conocimiento que tenía sobre la obra poética de Angelats alguien comprometido con la literatura, huelga decir lo que sucedería con el nivel de conocimiento de las personas no comprometidas. Esto fundaría y ahondaría mi afán por conocer y difundir la obra de este poeta guadalupano. Y es en estos afanes que algunos escritores que conocieron a Angelats en persona me ofrecieron conseguir algunos datos biográficos, algunos poemas, algunos discursos del poeta guadalupano; pero apenas lograron confirmarme lo que ya había oído: era un buen poeta y un buen orador; así como también confirmarme que lo poco que Angelats había publicado en vida lo habría hecho en las páginas del diario Norte.

No fue, sino hasta hace un par de años, que pasando asistencia en un aula de la Universidad César Vallejo, me topé con el nombre Juan Angelats; fue imposible que el nombre de mi nuevo estudiante no me trajera a la memoria a Miguel Angelats y la deuda literaria que tengo con éste, por lo que ni bien terminé de pasar lista abordé a mi estudiante. Tras la pregunta de rigor −¿Conoces a Miguel Angelats?−, Juan me dijo que no sólo lo conocía, sino que Miguel Angelats era su tío; entonces le manifesté mi afán de conocer la vida y obra de su tío, y de inmediato me dijo que podría conectarme con su prima Helga Angelats , nada más ni nada menos, que hija de Miguel Angelats. Y así fue, como hace un par de meses, tras un diálogo extenso, aunque fragmentado y poco fluido a través de la Internet, Helga, yo y Juan, nos reunimos en persona. Hablamos largo y tendido, comiendo y bebiendo. En el fragor de la conversa Helga me confesó que algunos años atrás había recopilado (parte de) los poemas que su padre publicara en el diario Norte; pues se había propuesto publicar y difundir la obra de su padre, pero que motivos ajenos a su voluntad no se lo habían permitido. Tras convencerse –me lo confesó luego– de mis desinteresadas intenciones literarias, Helga finalmente dijo lo que yo había estado esperando por largo tiempo: Robert, el próximo sábado que voy a casa, te envío todos los poemas que he recopilado de mi padre. Helga, con el apoyo de su amigo Jorge Benites , se había tomado el trabajo de fotografiar, y luego tipear en digital, los poemas de Miguel Angelats publicados en el diario Norte . Salté en un pie, sin moverme de mi silla; se me iluminó el rostro: por fin leería otros poemas del poeta guadalupano, por fin tendría poemas (prácticamente) inéditos para publicar y difundir en Guadalupe (en particular) y en otros espacios geográficos.

TRES

Una de las preocupaciones que suelo manifestar en tertulias y/o sobremesas literarias (etílicas o no) a los escritores que frecuento en el mundo literario, es la falta de un estudio (crítico) serio de la realidad literaria de Guadalupe. Este vacío cognoscitivo casi garantiza que el corpus literario guadalupano esté conformado no sólo por obras de buena calidad, sino por toda obra escrita con buenas intenciones, aunque de literaria a veces sólo tenga el adjetivo. Y, por supuesto, un corpus literario producto de la arbitrariedad, trae por añadidura una nómina de escritores conformada incluso por autores que por justicia literaria e histórica deberían ser excluidos sin tapujos. Sin un estudio académico, el corpus literario y la nómina de escritores guadalupanos estarán condenados a existir plagados de obras y autores prescindibles.

El que la tradición literaria de Guadalupe sea breve (en realidad muy breve) no es motivo válido desde el punto de vista académico, aunque sí lo sea desde el punto de vista chovinista, para sumar al corpus literario cuanta obra se publique y a la nómina de escritores cuanto autor publique, en aras de (simplemente) engrosar la tradición. Es necesario, más bien, en aras de forjar una tradición proteica y saludable que resista al paso del tiempo, decantar el corpus, decantar la nómina, sometiéndolos al rigor de un estudio académico, (auto)imponiendo criterios de inclusión fuertes, insobornables, completamente alejados de los sentimentalismos.

Ricardo Ayllón, poeta y escritor chimbotano, conocedor de mi preocupación, hace un año atrás, me preguntó si yo conocía a Sonia Paredes Soto; luego, si yo conocía a Walter Hinostroza Castro; luego, si yo conocía a Jorge Hidalgo Rosales. Contesté cada pregunta con la misma letanía: no, para nada. Ricardo Ayllón, me replicó cada respuesta con la misma expresión provocadora: es poeta… y es de Guadalupe. Es así como estos tres nuevos poetas guadalupanos hicieron su entrada en mi imaginario, en mi discurso. En ese preciso instante dejé de hacer lo que estaba haciendo y emocionado, conocedor del valor que tenía este hallazgo, empecé mi investigación. Y pude corroborar que Sonia Paredes, Jorge Hidalgo y Walter Hinostroza realmente habían nacido y/o credido en Guadalupe… Me parece incrible que tres nuevos poetas no advenedizos, que no existían en mi imaginario hasta que me los mencionó Ricardo Ayllón, de pronto adquirieran categoría de realidad. Y más, cuando ubiqué varios poemas de Sonia Paredes en la Internet. Y más, cuando llegaron a mis manos los poemarios de Jorge Hidalgo y de Walter Hinostroza, enviados por Ricardo Ayllón. Y más aún cuando los propios poetas me facilitaron sus textos inéditos, con emoción y desprendimiento, una vez enterados de mi proyecto: pude sentir el olor de la nostalgia añeja en sus palabras, por teléfono.

¿Y dónde habían estado Sonia Paredes, Jorge Hidalgo y Walter Hinostroza, que siendo (poetas) guadalupanos, jamás había oído de ellos?: En la Provincia del Santa (Chimbote), ahí había vivido por unos años Jorge Hidalgo, para luego asentarse definitivamente en Lima, donde actualmente reside. En la Provincia del Santa (Chimbote), ahí había vivido y ahí aún viven Sonia Paredes. En la Provincia del Santa (Coishco), ahí había vivido y aún vive Walter Hinostroza. La Provincia del Santa, resultó ser el nexo geográfico; de ahí la familiaridad de Ricardo Ayllón con los tres nuevos poetas guadalupanos; y más claro el nexo aún, si tenemos en cuenta que Ricardo Ayllón es un estudioso apasionado de la literatura de la Provincia del Santa y funge, además, como editor literario.

Todo hallazgo merece ser publicado. Y más éste, en particular, por tratarse de un hallazgo que no sólo (re)inserta de un porrazo tres nuevos poetas y sus obras a la breve tradición literaria de Guadalupe, sino porque además sus obras, para beneplácito de Guadalupe, gozan de buena salud literaria. Cuatro más, en este sentido, surge como el espacio textual por antonomasia.

De los tres poetas crecidos en Chimbote, Sonia Paredes representa un caso sui géneris, por una razón que rayaría en la anecdota: es la primera poeta de la historia literaria de Guadalupe. Este hecho posiblemente anecdótico cobra certera trascendencia porque siendo Sonia Paredes la primera poeta de Guadalupe –es decir, no habiendo tenido antecesoras locales de quien nutrirse–, es dueña una poesía madura, relajada y libre de ataduras morales. Por cierto, no es casualidad que la primera poeta de Guadalupe sea una mujer que se hizo mujer y poeta en la gran urbe. Y es muy probable que si no hubiera salido de Guadalupe, su poesía, en el peor de los casos, no hubiera florecido; y en el mejor, no hubiera logrado el registro que hoy tiene.

La literatura (y los literatos) padece(n) determinismo geográfico: la popularidad y/o fama de un autor y su obra, en general, decrecen a medida que uno se aleja del lugar donde el autor vive; o en forma inversa: la popularidad y/o fama de un autor y su obra, en general, crecen a medida que uno se acerca al lugar donde el autor vive. Esto en gran medida es así porque el autor se preocupa con mayor ahinco que su obra se conozca (al menos) dentro del espacio (geográfico y/o cultural) en el cual se asienta, en el cual transcurre su vida cotidiana. En otras palabras, el espacio residencial del autor se convierte de forma natural (aunque temporal, a veces) en su espacio literario. Esto explica porqué Sonia Paredes, Jorge Rosales y Water Hinostroza, quienes hicieron de La Provincia del Santa su hogar, hayan (o les hayan) dinfundido su obra mayormente en dicho espacio sin sentir (necesariamente) la necesidad (casi existencial) de que sus obras se conocieran en Guadalupe. La Provincia del Santa, actúa como el espacio geográfico común donde, por encargo del destino, se forjaron y maduraron tres poetas que de pronto hoy rapto, retrotraigo y reincorporo a la escena cultural guadalupana.

CUATRO

Sonia Paredes llega a Guadalupe con su voz madura, sencilla y veloz, rezumando un erotismo blanco, cantándole al (de)samor desde su piel de mujer (auto)liberada. Jorge Hidalgo llega, con su voz contundente y estilizada, cabalgando sobre versos largos, haciendo piruetas con la ciencia y la palabra. Walter Hinostroza llega, con su voz llana, sin pretensiones formales, (re)cargado de protesta social, de mar y de brisa, henchido de amor terrígeno. Miguel Angelats llega, con su voz segura, intacta y humilde que no es sino la voz del caído, que no es sino la voz del corazón fraterno, que no es sino la voz del hombre lanzada al infinito.

Aquí cuatro nuevas voces poéticas y proteicas (retro)traídas desde la diáspora con la firme esperanza de que no sólo amplíen, sino que, sobre todo, eleven el nivel literario de la breve tradición literaria de Guadalupe, y la enriquezcan. Cuatro más, cuatro más por si acaso.

Friday, June 01, 2012

Slogans de GUADALUPE DESPIERTA

(Slogan utilizados en la campaña pro la paz y la vida GUADALUPE DESPIERTA, realizada en la ciudad de Guadalupe, Perú, el 26 de mayo de 2012)

¡GUADALUPE DESPIERTA! Campaña pro la paz y la vida. Campaña pro un Guadalupe tranquilo y seguro. Campaña contra la indolencia.

Wara no ha muerto, Wara ha salido a traernos la paz de regreso.

Que la muerte prematura, inocente y absurda de Wara nos saque de nuestra cómoda silla de espectadores

Que la muerte prematura, inocente y absurda de Wara nos libere del conformismo.

Que la muerte prematura, inocente y absurda de Wara no sea una simple estadística; que sea semilla, fruto, luz.

Que la muerte de Wara sea la flor blanca que todos llevemos en el pecho.

Si oyes en la radio que alguien sufre y no te conmueves, sufres indolencia.

Si ves en la tele que alguien sufre y no te conmueves, sufres indolencia.

Si lees en el periódico que alguien sufre y no te conmueves, sufres indolencia.

Si ves la Internet que alguien sufre y no te conmueves, sufres indolencia.

Si ves a tu paisano que sufre y no te conmueves, sufres indolencia.

Si ves a tu hijo que sufre y no te conmueves, sufres indolencia.

Si ves a tu hermano que sufre y no te conmueves, sufres indolencia.

Si ves a tu madre que sufre y no te conmueves, sufres indolencia...

Si el dolor ajeno no te conmueve, sufres indolencia, eres, sin duda, un palo, una piedra.

Si el dolor ajeno todavía te conmueve, aunque sea de vez en cuando, aún hay esperanza.

La paz se construye con paz, así de simple.

La paz no llega; se busca, se construye.

La paz trasciende los credos políticos, religiosos, etc., de los hombres

La paz se va cuando la delincuencia llega.

Guadalupe, aquí no hay más política que construir la paz.

Guadalupe, aquí no hay más religión que profesar la paz.

Guadalupe, aquí no hay más empresa que administrar la paz.

Guadalupe, aquí no hay más negocio que ganar la paz.

Guadalupe, aquí no hay excusa para no anhelar la paz.

Guadalupe, aquí no se busca más voto que un voto por la paz y la vida

Guadalupe, no dejes que la paz se vaya; dile, por favor, que se quede.

Guadalupe tienes que volver a ser un pueblo tranquilo y seguro.

Guadalupe, a una sola voz, dile NO a la delincuencia

Un minuto con paz es mejor que una hora con violencia

No a la indolencia, no a la delincuencia, no a la inacción; sí a la paz, sí a la vida, sí a la acción

No decirle no a la delincuencia es decirle no a la paz y la vida

La paz comienza con el rechazo a la delincuencia.

Puede haber un gran silencio, pero no paz.

La paz no se construye con silencios forzados

La paz no se construye con abrazos diplomáticos

La paz no es paz si es una paz tensa.

La paz volverá sólo si Guadalupe entero la llama

La paz es un derecho que la violencia nos usurpa.


La paz que se logra con violencia pronto se esfuma