Sunday, October 06, 2013

NOSTALGIA DE BARRO por Reynaldo Naranjo García

POESÍA Y CIENCIA, EL MISMO CORAZÓN

No sé que salto de qué canguro mágico puso en Ayacucho a Jhon Ersh, ciéntífico australiano. John , con el cabello cayéndole en la frente, cantaba en quechua   en el centro de la oscuridad de una habitación abovedada, pulsando una guitarra de la que brotaban huaynos embriagados de ausencias mientras en la otra habitación,  el joven antropólogo Salvador Palomino, incrédulo, emocionado huérfano pajarillo, lloraba.

Algo extrañamente memorable le pasó al físico-matemático chileno Nicanor Parra, allí, en Ayacucho. Nicanor, hermano de Violeta, no cantaba pero cómo exponía premisas para llegar a emocionarnos  con sorprendentes y  contundentes versos de su anti poesía. Nicanor tampoco guitarreaba, pero cómo devoraba  los tunales de una gentil campesina en las mañanas y  en las tardes los panes, al pie de un horno en la calle Alameda.

El día que se conocieron el músico  Ersh y el poeta Parra se fueron a un salón de clases, tizas en manos, a discrepar apasionadamente  repletos  de fórmulas y ecuaciones respecto a  los orígenes de los genes humanos.

Luego de esta clase maestra inconcebible Nicanor se puso a cantar cuecas y Jhon le replicó con huaynos. Leyendo y aprendiendo la  Nostalgia de barro del poeta  físico- químico- matemático Robert Jara , jugando  junto a él con sus viejos caracoles  en su entrañable Guadalupe, es que recuerdo a estos inmensos amigos y concluyo en que la ciencia y la poesía tienen el mismo corazón.

Lo demuestra esta nostalgia:

“El arado quedóse atrás, añorando surcos, morenas trenzas que jamás se besan. Azucarados labios que exhalan aromas y memorias. La añoranza grafica surcos en la tierra. “


Gracias Robert  Jara por revelarnos los secretos de la imaginación. No se detenga. Siempre nos hace falta una canción.

Lima, octubre del 2013
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Reynaldo Naranjo García (Lima, 1936).
"Miembro de la generación del sesenta, es uno de los poetas más originales del Perú, al decir del gran poeta Juan Gonzalo Rose. De él se dice que rescata del cofre de la palabra diaria todo lo que pueda tener de belleza para convertirla en palabra poética. Ya desde los primeros años de los sesenta, las primeras antologías que publican Sebastián Salazar Bondy, Alberto Escobar y especialmente Javier Sologuren, el gran poeta y editor de la serie La rama florida, consideran a Reynaldo Naranjo como uno de los grandes creadores. Su libro Júbilos obtuvo el Premio Nacional de Poesía 1965.

Es también fundador de diarios como La República y Hoy y dirige con éxito la revista especializada en periodismo y cultura general Talleres de Comunicación."

Fue el escritor que le delvolviera la (son)risa a César vallejo (Producto de este trabajo de investigación que auspiciara la UNESCO en 1978, nació el libro César Vallejo en el siglo XXI)
"Yo vivía en París en 1975 y me reunía mucho con Julio Ramón Ribeyro, que era agregado cultural del Perú en Francia. Y de ahí partió la idea de reconstruir el itinerario de Vallejo en Europa. Visité los dos cementerios donde peregrinó su muerte. Pude entrevistar a Alejo Carpentier, entonces agregado cultural en Francia; a Elsa Henríquez, hija de Helba Huara, que era la compañera de Gonzalo More, el más íntimo amigo de Vallejo. Cuando dicen que César Vallejo murió abandonado, de hambre, es mentira. En los archivos de la Embajada del Perú en Francia, yo pude rescatar algunos documentos. Está la relación manuscrita del secretario de la Embajada que llevó las cuentas de lo que gastó la Embajada del Perú y el Gobierno peruano en los cuidados de Vallejo. Quizá al único escritor que el Gobierno peruano ha querido tanto ha sido a Vallejo.