Tuesday, December 18, 2012

Antonio Escobar Mendívez


Postal de la nostalgia

El candil de la pena titila en su mirada
Y la calle del hambre va comiendo sus huellas…

Titimico de angustias zigzaguea las auroras,
Desayuna sus lágrimas y ovilla la inocencia
En el bolsillo izquierdo de su pecho.

Aparece su nombre
En el abecedario común de la pobreza
Salpicada de rabia, crispaduras,
Fuerza, paciencia y sorbos de alegría.

Tiene que hacer el milagro del pan cada mañana
Y darles migajitas a sus niños
Con agua azucarada de amor y de sonrisas.

La mesa es un mundillo de palabras,
De bromas inocentes, blasfemias,
Carcajada y rezos.

La cocina humea maternidad
Con cucharas amables.

La paternidad celebra la sazón del abrazo.
Postal de la nostalgia tintineando esperanzas,
Abriéndole el cariño al mediodía.



Patria de tantos caminos

Tierra poblada de sal,
De amarguras y de llanto,
Por ti la voz levanto
Para acabar con el mal.

Eres un gran monumento,
un jardín lleno de luz,
con tristeza en la testuz

y por eso me lamento.
¡Vamos! Ya llegó el momento
de poner punto final.
Que la juventud total
trabaje por sus hermanos
para no decir en vano
Tierra poblada de sal.

Perú, no sigas cayendo,
No queremos verte herido,

Ni de hambre compungido,
Queremos verte ascendiendo.
Revolucionario, ardiendo
Antorchas llenas de encanto.
Perú, derrama tu canto
En la hondura del amor,
Y así borrar el dolor
De amarguras y de llanto.

Patria de tantos caminos
Llena tu pecho de orgullo

Sigue abriendo tu capullo
Con el trabajo divino.
Tu paisaje alabastrino
Ya no se manche de espanto.
Desaparezca el quebranto
Para beber de tu luz
Y cargando con la Cruz
Por ti la voz levanto.

Ya no llores, patria mía
Destierra el hambre del pobre,
Seca lágrimas salobres
Con optimismo y hombría.
Luchemos con valentía
Por todo lo que es vital
Y al ladrón y al criminal
Disfrazado de cordero,
Bótalos al basurero
Para acabar con el mal.

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Antonio Escobar Mendívez (Boca del Río - Jequetepeque, 1945)

Reside en Guadalupe (Semán) desde el año 1969. Desarrolla una amplia labor de promotor cultural. Publica La Miseria y el Hambre, Memoria de los días, Rumor del hambre, Kurur, Remanso de Amor, El grillito Serafín, etc. Es incluido en diversas antologías nacionales. Pertenece a la Asociación de Escritores de Literatura Infantil y Juvenil, a la Agrupación de Decimistas del Perú, al Frente Departamental de Escritores de La Libertad. Pertenece al grupo literario Namul desde el año 2012. Es presidente de RUNAKAY. Actualmente trabaja en la edición del último número de la emblemática revista de literatura Runakay y de su libro Cantar de Cima; ambos, de inminente publicación. E-mail: poetaescobar@hotmail.com
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Miguel Arbildo Ramírez


Un hijo distante

—No te dejes, hombre. Tú eres más grande que ellos…
—No se trata de que soy más grande.
—¿Entonces de qué?
—Entonces nada…
—¡Si sigues de gafo, te tendrán de bombo cuantas veces quieran!

No había modo de lograr que cambie de actitud, a pesar de que con los ojos clamaba que lo dejen tranquilo. Parecía mentira que, él, siendo grueso y tosco no se haya hecho respetar desde el día que llegó, por primera vez, a nuestra aula de sexto.


Al comienzo lo veíamos arrinconado en una carpeta rota. Cuando le preguntamos cuál era su nombre, respondió con una voz que se le caía: “Teodoro Cubillas”. Y todos soltamos la risa diciéndole: ¿Escobilla, dices?


Días después le pusieron apodos, y en vista de que él no decía nada, probaron con insultarle. Lo único que consiguieron fue entristecerle aún más la mirada. Entonces agarraron de costumbre jalonearlo y colgarse por su espalda hasta tumbarlo. Allí en el suelo le hacían cargamontón, entre una bullarada que no había cuándo termine.

—¡Ya déjenlo, pue, no lo frieguen!
—¡Tú cállate! ¡Quieres que te apachurremos también!


Tenía que existir un modo de acabar con su martirio. Me propuse mostrarle el valor de la dignidad. Por lo menos eso. Entonces trabé una amistad con él. “Aquí en la costa, tienes que ser bien vivo. Como habrás visto, aquí nadie se deja fregar, ni el grande ni el chico”. Le contaba historias de personajes heroicos que yo había visto en la televisión. Mientras él me escuchaba, sus ojos revivían. A veces, parecía convencerse de que valía la pena proceder a lo macho y no dejar que se le ponga la mano encima. “Claro pues, Teodoro, así tiene que ser, hombre...” Sonreía, él, sin mirarme a la cara.


Una tarde, mis compañeros de aula lo agarraron a empujones y puñetes. Teodoro apretó la boca, se cubrió la cara con los brazos. ¡Devuélveles, Teodoro, devuélveles! Pero él, en seguida, les ofreció el espinazo. Pujaba como si desde adentro le brotara un antiguo dolor. Al fin lo dejaron todo una lástima.
—Esto no debe quedar así. Lo que te hicieron, no es justo…

Ahora él caminaba callado. Fuimos por una calle borrosa hasta llegar a su casa de adobe. Entramos en uno de los cuartos. En el suelo, había un colchón cubierto con un poncho.

—¿Tu mamá?
—Está lejos. Acá vive mi papá con otra mujer. Todavía no vienen del trabajo, seguro...
El silencio se nos interpuso un momento.
—Oye… la próxima vez que te peguen me meteré a defenderte. Vas a ver...
Teodoro prendió la mirada en el suelo.
— No vale armar pleito— dijo.
—¿Y qué quieres… aguantar maja todo el año? ¡Cobarde, eres; ya me di cuenta!
—No soy cobarde…
—¡Claro que eres cobarde! ¡En verdá no mereces que yo sea tu amigo!
Teodoro tragó saliva.
—No sabes lo que hablas— murmuró.
—¡Claro que sé! ¡Y veo aquí a uno que, además de tarado, parece una mujercita…!
Por primera vez Teodoro me miró resentido, batallando por contener sus lágrimas. Fue a buscar entre sus ropas. Sacó un papel doblado y me lo dio, diciendo:
—Lee.
—¿?
—¡Lee!
Desdoblé el papel, y leí lo siguiente:


huancabamba 13 de julio de 1986


teodoro ijo de mi alma son meses que de ti no se nada no sabes cuanto te estraño as de estar por chiclayo sufriendo y me duele mi corazón que estes aya lejos entre la familia de tu padre


pero hisistes bien al enfrentar aqui a tu padrastro machete a machete hisistes bien ya que el te majaba desde que eras mas churre como lo dejastes manco te anda buscando para la revancha pero no quiero que lo enfrentes ijo, estate por aya asta que el tiempo lo cure todo


no haigas de estar abusando de tus compañeros de escuela tu eres bueno ijo y acuérdate que te quiero como nadies


se despide con un fuerte abrazo tu mama que te quiere mucho


remigia carrasco

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Miguel Arbildo Ramírez (Chiclayo, 1976)

Su niñez transcurre en el distrito la Victoria, donde acopió experiencias frescas y grises, que han pincelado a la mayor parte de su obra. Desde el año 1988 radica en Guadalupe. Se graduó de profesor de lengua y literatura en el ISPP. David Sánchez Infante de San Pedro de Lloc; y posteriormente, de Licenciado en Educación en la universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque. Dentro de su creación cabe mencionar sus obras: El jilguero y otros cuentos, Ruiseñor lejano (cuentos), Brío celta (novela corta). Pertenece al grupo literario Namul desde el año 1997.  Primer puesto categoría cuento en el concurso internacional de novela, cuento y poesía Emiliano Niño Pastor & Ezra Pound

(edición VII, 2012). Actualmente se desempeña como docente de nivel secundario y superior. E-mail: robinmaar@hotmail.com
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Josué Vallejos Vásquez


1

Regreso a mi lar
con mis ojos vacíos.
Hambriento de ti

te busco
con mi fuerza indómita
desplegando
mi luz de sol
mas no te encuentro.

4

Las nubes
extinguen mi esperanza.
Las aves
caen al vacío
y el sol en su desgracia
huye hacia la mar.
El día nefasto
produce letargo en mi mundo
que rueda a su desventura.
Mi corazón

vuela delirante
tras de mi gaviota
de muelle y de mar
en la brisa de la vida.

9

El licor se coagula en mis venas
turbándome

con el averno de su pasión.
Su imagen me consume
sin rumor
y muero despacio
entre las sombras del silencio.

17

Al conjuro de tu amor
bandadas de deseos

despiertan
en la noche.
Presurosos versos
se esparcen en el aire
y se arrojan
por las hendijas de tu cuerpo
con mi caudal fuera de cauce
disipándose en tu alma.

21

Encadenado a mis fracasos
contemplo la transfiguración de los pájaros
que danzan al ritmo de vientos milenarios.
Quiero encerrarlo en la magia de mis ojos

sepultarlo en los abismos de mi pecho
con devoción de música azul
compás eterno de un coro infernal.

32

Mariposa de invierno
vibración
del firmamento.
Fantaseo en tu regazo
con tus férvidos besos
de muerte y gloria.
Quiero recoger tu néctar
hálito de vida
regarlo sobre mis labios
plebeyos de tu boca.

35

El invierno
la brisa y el mar
me llevan
al génesis
de nuestro destino
para amarnos
en el iris inquebrantable
de tus ojos.

38

Camino
a golpe de aventura
como ardiente fuerza
de río aventarrado.
El monstruo de mis versos
se pasea sobre la música
de mi canto aventurero
en la oleada corriente
del río de mi desierto.
Los cautivos elementos
me llevan en andas
de zarza
arrozales
moras
y alas de cóndor
peregrinando
en la nota grave
de un acordeón.
Tal vez desde mi fosa
salgan versos
como palomas
en el ocaso de una oración.

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Josué Vallejos Vásquez. (Guadalupe, 1977)

Estudia Lengua y Literatura en el ISPE David Sánchez Infante (San Pedro de Lloc). Culmina estudios de pedagogía en la Universidad Nacional de Cajamarca, donde actualmente realiza una maestría. Edita la revista política Nuevo amanecer (2001). Funda el Grupo Literario Voces; y dirige la revista literaria El Heraldo (Chepén, 2002). Posee un postgrado en Docencia Universitaria, y uno en Administración y Gerencia Educativa (Universidad Nacional La Cantuta). Pertenece al grupo literario Namul desde el año 1997. En el año 2011 se integra a la UHE (Unión Hispanoamericana de Escritores). Publica El corcel de colores y el abuelo Baltazar (cuento premiado por el INC filial Guadalupe), 1999; Rastros (cuentos), 2008; Ficciones de un pajarillo (cuentos), 2011. E-mail: josv_leo@hotmail.com / Blog: elindionamul.blogspot.com
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