Saturday, November 09, 2013

Sobre la humildad y su discurso solapado

La humildad en tiempos de competencia o X vs Y

Si X ,Y son competencia,  es natural que a  X  le incomode (le indigne, no le convenga…) el que Y   reconozca sus propios logros y virtudes.

Si X ,Y son competencia,  es natural que a  X  le incomode (le indigne, no le convenga…) el que los demás reconozcan los logros y virtudes de Y.

Si X ,Y son competencia, es natural que a X le incomode (le indigne, no le convenga…) reconocer los logros y/o virtudes de Y. 

Por tanto:

Si X ,Y son competencia,  es natural que X en su “sano juicio”, por aquello de ganar,  haga hasta lo imposible por invisibilizar los logros y/o virtudes de Y; y por supuesto, súper visibilizar los suyos. Sólo un X loco, en una atmósfera de competencia, se dedicaría a visibilizar  (y alegraría con) los logros y/o virtudes de Y. En una atmósfera de competencia, a X los logros y/o virtudes de Y, le son una traba.  

¿Cómo sistematiza  X la invisibilidad de los logros y/o virtudes de Y, que son  poco o nada convenientes, por cierto? De un único modo: echando mano de la humildad. Y es que: ¡X le exige a Y, humildad!  ¡X le exige a Y que silencie sus propios logros y virtudes!  Le recuerda: si tú mismo hablas de tus logros  y/o virtudes eres un soberbio, pedante, vanidoso... Como Y ha crecido, desde siempre, oyendo: el  humilde no debe reconocer sus logros y/o virtudes, y menos aún, hacerlos público; y debe esperar sentado a que “los otros” (¡entre ellos su competencia!) se apiaden y animen a reconocerle sus logros y/o  virtudes, primero.  

La otra razón para que a X le incomode, le indigne, le duela, no le convenga el que Y auto reconozca sus logros y/o virtudes, es que X  o no tiene logros y/o virtudes, o no tiene los logros y/o virtudes  que tiene Y, o bien los tiene, pero es consciente de que son inferiores.  Entonces la reacción de X (su dolor, indignación….) nada tiene que ver con la humildad, sino  con la negra envidia. X envidia los logros y/o virtudes de Y, los procura con ahínco, punto.    

El dilema persiste: ¿Y es soberbio o X es envidioso?


La humildad en tiempos de coopetencia o  X–Y vs Z

Supongamos que X e Y actúan en una atmósfera de coopetencia:

X,  Y son competencia, pero actúan en cooperación mutua porque saben que ambos podrían salir ganando (ambos podrían  disfrutar el premio). 

Este escenario es posible sólo si:

1) El “premio” deja de ser monolítico, excluyente, tal como lo es en una competencia pura (donde el permio o bien se lo lleva o X o bien se lo lleva Y, no hay punto medio). El premio ahora puede ser compartido (repartido) entre X e Y, equitativamente.

2) X, Y se unen (cooperan) estratégicamente para competir contra  Z.  Lo que significa que X–Y, como un todo, en realidad es competencia de Z.  Es como si ante la presencia de Z,   X e Y se dieran una tregua, dejan de ser competencia mutua.

De (1) y  (2) notamos que: La coopetencia entre X e Y en realidad no es más que competencia entre X–Y  e  Z

De aquí que:

a) Como X, Y  no son competencia entre sí,  les convenga (y no les indigne, no les duela…) reconocer mutuamente sus logros y/o virtudes y  sumarlos para competir contra Z, su real y común competencia. 

b)  X–Y, como equipo, como un todo, trate por todos los medios de invisibilizar  (pues le duele, de indigna, no le conviene….) los logros y/o virtudes de Z, su real competencia real.

Finalmente, podría decirse que:

Coopetencia es el proceso en el cual  X e Y dejan de ser competencia entre sí, para pasar a ser competencia de Z.

La competencia (in)sana

Considero que no deberían ser las ganas de “ganarle al otro” el motor que a uno lleve a crecer y alcanzar el éxito. El motor, debería  ser, simplemente, las ganas ubérrimas de “ganarle a uno mismo”.   

Por definición, para competir se necesitan dos; por lo tanto, la expresión  “ganarle al otro” (competencia) es una expresión literal; mientras que  “ganarle a uno mismo”, es figurada.

¿Por qué no privilegio “el ganarle al otro” en vez de “el ganarle a uno mismo”? Por una simple razón: el “ganarle al otro” (competencia) obedece a una motivación extrínseca; mientras que el “ganarle a uno mismo” (no competencia) obedece a una motivación intrínseca. Y he ahí mi reparo de fondo hacia la competencia: el afán (imperativo) de ganarle al otro (casi) inhibe en el hombre su lado luminoso y desinhibe su lado oscuro. Por lo que ganarle al otro (casi) nunca es el resultado de una práctica sana. Desde esta lógica, la competencia sana (casi) no existe.

¿Es posible ganarle al otro sin hacerle daño? La respuesta sería afirmativa, sólo si fuera posible ser indiferente o feliz ante el fracaso personal. Pero sucede que ante el fracaso personal, a lo menos uno es indiferente; pero feliz, jamás de los jamaces.

El “casi” trazado líneas arriba me salva, por breves momentos, de la incredulidad y desesperanza absolutas.


La redefinición de la humildad  y del  humilde o su liberación necesaria

 “La humildad es el auto reconocimiento de logros y/o virtudes en su exacta medida”


“El humilde reconoce sus logros y/o virtudes sin caer en exageraciones”

Sunday, October 06, 2013

NOSTALGIA DE BARRO por Reynaldo Naranjo García

POESÍA Y CIENCIA, EL MISMO CORAZÓN

No sé que salto de qué canguro mágico puso en Ayacucho a Jhon Ersh, ciéntífico australiano. John , con el cabello cayéndole en la frente, cantaba en quechua   en el centro de la oscuridad de una habitación abovedada, pulsando una guitarra de la que brotaban huaynos embriagados de ausencias mientras en la otra habitación,  el joven antropólogo Salvador Palomino, incrédulo, emocionado huérfano pajarillo, lloraba.

Algo extrañamente memorable le pasó al físico-matemático chileno Nicanor Parra, allí, en Ayacucho. Nicanor, hermano de Violeta, no cantaba pero cómo exponía premisas para llegar a emocionarnos  con sorprendentes y  contundentes versos de su anti poesía. Nicanor tampoco guitarreaba, pero cómo devoraba  los tunales de una gentil campesina en las mañanas y  en las tardes los panes, al pie de un horno en la calle Alameda.

El día que se conocieron el músico  Ersh y el poeta Parra se fueron a un salón de clases, tizas en manos, a discrepar apasionadamente  repletos  de fórmulas y ecuaciones respecto a  los orígenes de los genes humanos.

Luego de esta clase maestra inconcebible Nicanor se puso a cantar cuecas y Jhon le replicó con huaynos. Leyendo y aprendiendo la  Nostalgia de barro del poeta  físico- químico- matemático Robert Jara , jugando  junto a él con sus viejos caracoles  en su entrañable Guadalupe, es que recuerdo a estos inmensos amigos y concluyo en que la ciencia y la poesía tienen el mismo corazón.

Lo demuestra esta nostalgia:

“El arado quedóse atrás, añorando surcos, morenas trenzas que jamás se besan. Azucarados labios que exhalan aromas y memorias. La añoranza grafica surcos en la tierra. “


Gracias Robert  Jara por revelarnos los secretos de la imaginación. No se detenga. Siempre nos hace falta una canción.

Lima, octubre del 2013
________________________

Reynaldo Naranjo García (Lima, 1936).
"Miembro de la generación del sesenta, es uno de los poetas más originales del Perú, al decir del gran poeta Juan Gonzalo Rose. De él se dice que rescata del cofre de la palabra diaria todo lo que pueda tener de belleza para convertirla en palabra poética. Ya desde los primeros años de los sesenta, las primeras antologías que publican Sebastián Salazar Bondy, Alberto Escobar y especialmente Javier Sologuren, el gran poeta y editor de la serie La rama florida, consideran a Reynaldo Naranjo como uno de los grandes creadores. Su libro Júbilos obtuvo el Premio Nacional de Poesía 1965.

Es también fundador de diarios como La República y Hoy y dirige con éxito la revista especializada en periodismo y cultura general Talleres de Comunicación."

Fue el escritor que le delvolviera la (son)risa a César vallejo (Producto de este trabajo de investigación que auspiciara la UNESCO en 1978, nació el libro César Vallejo en el siglo XXI)
"Yo vivía en París en 1975 y me reunía mucho con Julio Ramón Ribeyro, que era agregado cultural del Perú en Francia. Y de ahí partió la idea de reconstruir el itinerario de Vallejo en Europa. Visité los dos cementerios donde peregrinó su muerte. Pude entrevistar a Alejo Carpentier, entonces agregado cultural en Francia; a Elsa Henríquez, hija de Helba Huara, que era la compañera de Gonzalo More, el más íntimo amigo de Vallejo. Cuando dicen que César Vallejo murió abandonado, de hambre, es mentira. En los archivos de la Embajada del Perú en Francia, yo pude rescatar algunos documentos. Está la relación manuscrita del secretario de la Embajada que llevó las cuentas de lo que gastó la Embajada del Perú y el Gobierno peruano en los cuidados de Vallejo. Quizá al único escritor que el Gobierno peruano ha querido tanto ha sido a Vallejo.

Thursday, August 15, 2013

Namul significaba contribuir a la cultura literaria...

Un texto de Wilder Chilón, 
miembro del Grupo Literario Namul,
leído el 28 de setiembre en el 14 aniversario del grupo

La historia de mi aparición en el Grupo Literario Namul, se grabó en la memoria de febrero del 2007 fue una tarde con lluvia de sol y poesía. Asistí en compañía de Josué Vallejos, un amigo de años, quién me había comentado en varias oportunidades del grupo mencionado, a decir verdad al principio no tenía mucho interés, pues recién estaba empezando a trajinar el camino de este arte maravilloso. Aún recuerdo aquel radiante día como si fuera ayer, estaba emocionado por sumergirme y nadar en el mar de sus tertulias, nos reunimos en casa de Miguel Ángel Arbildo, situado en Talla.

Fue allí donde conocí al escritor Robert Jara Vélez, fundador del Grupo Literario Namul, escritor de larga trayectoria que residió un buen tiempo en Puerto Rico.

A partir de entonces, mi presencia en el Grupo Literario Namul, era contribuir cultura literaria en compañía de mis amigos escritores a la comunidad Guadalupana y afueras.


El mismo año de mi ingreso a Namul, el sueño de publicar nuestros textos literarios no se hizo esperar, con esmero y esfuerzo publicamos una plaqueta de poemas bajo el nombre de “Poemalia”, asimismo una plaqueta de cuentos denominado “Cuentalia”. Después de esas dos publicaciones me ausenté por un tiempo, solo escribía en el anonimato, pero después me reincorporé a las filas literarias en setiembre del 2011, a mi ingreso me llamaron hijo pródigo. Pero lo más importante es que me mantuve escribiendo y peleando con las palabras formando los versos que mi alma me dictaba. Mi visión dentro del grupo literario Namul, es brindar a nuestra sociedad una literatura de calidad, que nuestros lectores se enamoren de nuestros textos con el mensaje de cada texto.       

Thursday, July 18, 2013

El Grupo Literario Namul se ha forjado solo...

Un texto de Josué Vallejos, 
miembro activo del Grupo Literario Namul,
leído el 28 de setiembre en el 14 aniversario del grupo


Hace 14 años Guadalupe cuenta con una organización cultural, que la fundara Robert Jara Vélez; y, le pusiera por nombre Grupo Literario Namul. Desde entonces es la institución cultural más importante del medio y es el único en el Valle Jequetepeque que sigue unido y se hace fuerte con la labor de sus integrantes, después de catorce años sigue unido y se hace fuerte con la labor de sus integrantes.

El Grupo Literario Namul se ha forjado solo, ha nacido y ha crecido entre nosotros (los guadalupanos), no es una institución improvisada que quiere actuar con aires de grandeza como aquellos que acaban de nacer y creen que ya lo han conseguido todo o todo está a sus pies, no. El Grupo Literario Namul ha ido ganando terreno en los niños, jóvenes y adultos de nuestra ciudad con esmero, con perseverancia, con sacrificio; sufriendo el proceso, ensayo – error, hasta mejorar su arte en pro de la identidad cultural de todos los guadalupanos. Hoy somos una institución que contribuye culturalmente a la grandeza no sólo de nuestro pueblo, sino también a la grandeza de nuestra patria, pues Guadalupe es el Perú.

Pertenezco al Grupo Literario Namul desde sus orígenes (año 1997); y es para mí la escuela o la casa taller donde he aprendido realmente a trabajar la palabra burda hasta convertirla en arte, siempre en continua interacción con mis hermanos namulianos: Robert Jara y Miguel Arbildo. Definitivamente, Namul significa mi superación personal como escritor; hacer a un lado la mediocridad y seguir el camino de la perfección literaria.


Esto ha requerido perseverancia en la lectura de los maestros de la Literatura, el conocimiento y práctica de las técnicas literarias, así como la investigación propiamente dicha, pues hoy en día los creadores literarios no están sujetos sólo a la inspiración, sino más bien a la investigación. De manera que no podemos confundir y llamar a todo lo que aparece escrito en un libro cualquiera, obra literaria. Debemos tener el mínimo conocimiento literario para poder defender una verdadera obra literaria. 

Thursday, June 20, 2013

Integrarme a Namul fue comenzar una travesía inolvidable...

Un texto de Miguel Arbildo, 
miembro activo del Grupo Literario Namul,
leído el 28 de setiembre en el 14 aniversario del grupo

Integrarme a Namul, fue comenzar una travesía inolvidable. La tarde de setiembre del 97 llegué citado a la Biblioteca Municipal de Guadalupe en donde me esperaban unos jóvenes sostenidos en el afán de “Contagiar su canto a las mil cuerdas que pasean, como calladas, por las calles largas y preñadas de historia…”(1). A partir de entonces, Namul surge oficialmente como grupo, fortaleciendo actualmente su fibra literaria que no ha logrado arrancar el tiempo.

En sus albores, Namul edita sus textos que carecen de destreza elocutiva. Textos editados a máquina de escribir, y financiados por cada integrante. Ese año (1997) se ejecutaron 2 exposiciones pictóricas - poéticas que nos abrieron las puertas para entrar en la escena cultural guadalupana. Ello debido al esfuerzo mancomunado de sus ocho integrantes: Robert Jara, Josué Vallejos, William Bueno, Víctor Campos, Iván Ruiz, Lucio Ríos, David Mendoza y quien aquí escribe. Con respecto a Jara he albergado una interrogante: ¿Cómo él, cargando prejuicios de bachiller en ciencias físicas, y no siendo además del mismo hotel de Guadalupe, sino radicado en el campo –Semán–, tuvo la temeridad de fundar un grupo literario? Hasta me resulta gracioso, a veces nostálgico, recordarle esperándonos en la Biblioteca Municipal o en la Plaza de Armas con su vieja bicicleta chacarera, su mirada vehemente y tímida, albergando el anhelo de que Namul pase a la plataforma de la historia guadalupana. A raíz de tales preguntas, colijo que no se necesitan títulos ni ventajas topográficas para representar una causa honorable.

Conocida es la etapa de letargo en que decae Namul durante algunos años, cuando su fundador viaja a Puerto Rico, y sus integrantes se dispersaron por cuestiones laborales y de estudios, sin embargo no se deshizo del todo. Namul redujo sus eventos a tertulias literarias. No sin dejar de estar comprometido con la lectura de textos literarios. Durante aquel tiempo impelido por las obras de Jack London, Julio Verne, Andersen, Li Po, Eguren, cultivé la poesía, también la prosa, sin herramientas de las técnicas narrativas contemporáneas, retrotrayendo escenarios del distrito La Victoria, Chiclayo, donde nací y me crié hasta los 12 años.

Escribo atraído por mi tierra natal, evocándola siempre; acaso, sin saberlo algún tiempo, he corroborado lo que Vargas Llosa diría, El escritor no elige los temas, sino los temas eligen al escritor. Además he podido notar – convencerme- de que mis hermanos namulianos (Josué y Robert – escritores activos de Namul-) también se han esforzado ardorosamente para crecer en el cultivo de la narrativa y la poesía, cada quien con sus estilos peculiares que certeramente han ido adquiriéndolos. Esto puedo acreditarlo con sus obras publicadas de manera individual y colectiva en este año 2011. Namul ha elevado su nivel literario, no sólo por inspiración y el afán de escribir, iniciales durante su etapa de gestación (esto cualquier irresponsable posee y cree que es suficiente para ser buen escritor), sino que ha elevado su nivel debido al talento, la perseverancia y la lectura acuciosa, imprescindibles para quienes aspiran ser connotados.

(1): Enunciado de Robert Jara, extraído de la presentación a la plaqueta Ocho cuerdas vibrando de emoción -1997.

Saturday, May 11, 2013

Manuel Banda Deza


El martirio de los héroes

Amaneció el dolor con la mañana…
El instante funesto se acercaba
sin esperanza casi.
La angustia con la mano levantada;
amenazante
terminaría lanzando la vil piedra
y rompiendo el cristal en mil pedazos;
escarnecido, negro, atiborrado
de humillante derrota, de silencio llorado,
de venganza oprimida, de coraje acallado…
Se acercaba el instante…
el instante funesto;
implacable contaba con funesto sadismo
los minutos… los segundos…
y con la guadaña en el hombro
avanzaba… avanzaba…
con sonrisa morbosa
en el aire flotaban
copos negros de angustia,
humos grises dolientes…
olores de la muerte.

Zozobra… silencio…
las aves no vuelan ni cantan.
Los corazones laten con violencia;
y la angustia, arañando ha subido
y ha hecho un nudo en todas las gargantas.
Un ruido estrepitoso de repente
como un puño crispado,
rompe el cristal del silencio:
el silencio ha llegado…
El perverso enemigo descarga sus fusiles
contra lo más honrado; y mientras tanto…
el nudo en la garganta se ha transformado  en llanto
en dolor y espanto.

Tres cuerpos se desploman,
tres sangres se derraman.
Las lágrimas de un pueblo
a raudales brotaban
y mientras el verdugo saciado regresaba
creyendo haber cegado la vida
de tres viles y traidores renegados
del paredón glorioso tres animas se levantan
volando triunfalmente, con ritmos inmortales
a ocupar las mansiones de los privilegiados.

Hay tristeza en los vivos,
alegría en los muertos.
El dolor y el orgullo
se acercan y se alejan.
La sencillez es grande,
la grandeza es sencilla.
Por eso cuando llegan recuerdos del pasado
se me crispa la mano
y aquí, dentro del pecho,
el dolor y el orgullo como pólvora y fuego
me revientan y grito:
YO SOY GUADALUPANO.

GUADALUPE es la tierra de este trío /de mártires.
GUADALUPE es la tierra de  estos tres artesanos.

Fue un 28 de octubre del año 1881 del siglo 19
cuando Fernando Albújar
junto a su hermano Justo
y a don Manuel Guarniz,
antes de ser tildados de tres delatores
para orgullo del pueblo y también de la Patria,
prefirieron morir.
¡Qué nobleza en sus almas!
¡Qué unánime virtud!
¡Qué ejemplo más hermoso para la juventud!
Como chacal el Valera guerrillero
mordió la rabia del chileno fiero;
exacerbó su furia y su venganza
y puso en paroxismo su inclemencia…
su morbosa arrogancia.

La destrucción o el incendio de este pueblo
pendía como espada de Democles.
las vidas a  merced del enemigo
rumiaban su impotencia y desconsuelo
y el dolor corroía sus anhelos.

¡no puedo soportar! Gritó una bala
salida de un fusil hecha veneno
y errando el blanco su mortal destino
encontró un kepí en el camino
salvándose la vida de un chileno.

Una histórica casa de dos pisos,
cuyas bajos moraban nuestros mártires
en la calle Junín (aún existe) fueron
inicial escenario de aquel drama
de un desenlace doloroso y triste.

Nadie supo quien fue el autor del hecho
pero si se sabía con certeza
que los tres respetables artesanos
no eran culpables, ni menos delatores.
Eran hombres dechados de nobleza.

Una atmósfera tensa y de suspenso
sobrevino después del incidente.
El arresto, el abuso y aún la muerte
podía producirse inexorable
en hombres y mujeres inocentes.

Sabiendo la magnitud de este peligro
y conociendo a fondo su implicancia,
la salvación estaba en la huida;
pero nunca lo hicieron, prefiriendo
la muerte y no deshonras en la vida

Poco después son apresados
y culpados de todo el incidente.
El origen del disparo conocían.
¿Alguno es culpable? Soy inocente,
¿Quienes fueron entonces? No sabían.

Furioso el enemigo, no pudiendo
conocer al autor de aquel disparo,
los declara culpables, procediendo
a dictar la sentencia de su muerte
preparando este crimen tan horrendo.

Jamás se pudo conseguir clemencia,
no obstante las gestiones de personas
notables que gozaban de influencia;
ni suplicas ni lagrimas pudieron
conmoverle al tirano la conciencia.

“Muero inocente y esto me resigna
a recibir la muerte con paciencia”
son las líneas de la postrera carta
escrita por Fernando un día antes
de su glorioso encuentro con la parca.

En la triste mañana del 28
victimas y verdugos caminaban
hacia el paredón del holocausto;
íbase a cometer aquel abuso
de lo más sangriento y más infausto.

Ya frente al paredón están los grandes
los mezquinos empuñan sus fusiles
redoblan el tambor, se escucha un ruego,
la tensión queda rota, se oye: ¡Apunten!
enseguida un silencio, después: ¡fuego!

Tres cuerpos se desploman
tres sangres se derraman
las lágrimas de un pueblo
a raudales brotaban.

Por eso cuando llegan los recuerdos del pasado
se me crispa la mano
y aquí, dentro del pecho,
el dolor y el orgullo,
como pólvora y fuego
me revientan y grito:
¡YO SOY GUADALUPANO!

Guadalupe es la tierra
de este trío de mártires
Guadalupe es la cuna
de estos tres artesanos.

De: Tributo (Robert Jara, 2008) _______________________________________


Manuel Banda Deza (Guadalupe,  1927 - 1985).


Estudia medicina en la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Alcalde de Guadalupe en el periodo 1960-1962: durante su gestión edilicia se apoya a la creación de los colegios nacionales GUE e INIF; se construyen las graderías del cerrito de la virgen, así como el estadio municipal Carlos A. Olivares. Es autor del himno de la GUE Nuestra Señora de Guadalupe. A excepción de Poesía, manojo de poemas publicados por Runakay, su producción literaria persiste inédita.

Monday, April 15, 2013

A ORILLAS DEL ARROZAL por Gerson Ramirez


LITERATURA CON SABOR A TIERRA FÉRTIL

Cada vez que visito por primera vez un pueblo de mi país, busco si quién sabe tiene algo de parecido con el mío: a lo mejor cañaverales, o un río cercano que en el otoño discurra apacible, o tal vez solo un cerro emblemático, al que sus pobladores miran con regocijo y espíritu de leyenda. Y si es así, me siento más cercano a todo lo que me rodea. Y ahora estoy aquí en Guadalupe para referirme brevemente a lo que pienso de la literatura, a propósito de la publicación del libro “A orillas del arrozal”, de los integrantes del grupo NAMUL.

Creo que nada es más importante ni más hermoso para un niño que oír de sus mayores, alguna nueva historia, no importa de qué lugar del mundo ni de qué región de tu país, pues solo basta un espíritu entusiasta que nos  guíe por el sendero de la imaginación, y alguien dispuesto a escuchar. Y es así cómo la literatura nos colma el corazón de infinita alegría y despierta en nuestra alma profundos sentimientos.

En las historias de “A orillas del arrozal” se fusiona una variedad de experiencias vitales que tienen siempre como referente elambiente pueblerino y rural. Sin embargo, no debemos tener el prejuicio estético contra aquellas expresiones literarias configuradas en base a patrones culturales regionales. Más bien, la literatura producida en estos pueblos debe servir de punto de partida para forjar un nuevo concepto de literatura peruana.

El lenguaje coloquial de estas historias se enriquece con los recursos expresivos de la tradición oral. Por eso encontramos en los cuentos de Josué Vallejos alusiones a un medio social caótico y violento, además de ribetes de leyenda con brujos y demonios como en su cuento “El arapuma”. Y en las historias “La niña de blanco” y “El jilguero” de Miguel Arbildo apreciamos cómo el recuerdo se convierte en añoranza y la añoranza en ficción, en un medio rural lleno de fantasía y coloquialismo.

En “El arcoíris quiso llevarme” de Antonio Escobar, la literatura toma aires de denuncia social, de reivindicación, pero también de esperanza; además de plasmar reflexiones nostálgicas acerca del tiempo y sus marcas indelebles en el alma del hombre. Y en las historias de Robert Jara destacamos sus descripciones   de aliento poético, como en “Olor a paja” y “Las eras arden a lo lejos”, así como  su crítica mordaz contra el academicismo de algunos intelectuales que a veces le ponen cadenas a la hermosa libertad de las palabras sencillas: tierra, lluvia, pan.

Y la pregunta de esta tarde sería, ¿para qué sirve la literatura? Y aquí recuerdo lo que el maestro José María Arguedas afirmaba: “Debemos educar teniendo como base la memoria colectiva de los pueblos”. Él se refería a que los mitos, leyendas, relatos y canciones populares deben emplearse como fuente para la formación integral de los niños y jóvenes. Así entenderemos quién es nuestra patria y hacia dónde vamos. Y de ese coloquialismo, oralidad y mundo legendario se impregnan las historias del  libro “A orillas del arrozal”, del grupo literario NAMUL.

Quiero terminar citando lo que le dice el arcoíris  a Eleuterio en uno de los cuentos de Antonio Escobar: “No tengas miedo Eleuterio. Desde ahora va a cambiar tu suerte; serás rico y tendrás cosechas abundantes; aquí no solo parirá el arroz espigas de oro; sino toda planta que siembres brotará y dará frutos”.

Y esta obra es el nuevo fruto intelectual de esta tierra.

                                                                               Guadalupe, 11 de abril de 2013

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Gerson Ramírez  Avila (Laredo, La Libertad, 1969)


Licenciado en lengua y literatura por la Universidad Nacional de Trujillo (UNT). Profesor del Departamento de Letras de la Universidad Privada del Norte, en Trujillo. Ha publicado los libros de cuentos Expediente secreto (2003), Los intrusos (2004),  Cenaremos en Madrid (2009), Cuentos de la Campiña(2012),  y la novela El Oráculo de Diofanto (2013).

Miembro del Grupo Cultural Papel de Viento y del Frente de Escritores de La Libertad.

Ha sido incluido en la muestra Narrativa de la libertad (Ediciones Altazor, 2009). Sus cuentos y crónicas se han publicado en los diarios La Primera y La Industria de Trujillo, y en el blog Marea Cultural.

Segundo premio en cuento en el IV Juegos Florales Luis Hernández Camarero de la UNT (1994). Primer Premio en cuento en el V Juegos Florales Luis Hernández Camarero (UNT, 1996)
  

Wednesday, March 20, 2013

NOSTALGIA DE BARRO por Francisco Moreno Ruiz


Conocí a Robert Jara en Huamachuco, la tierra que me vio crecer y en la que, solícita y complaciente, aún habita toda mi niñez. Volví a conocer a Robert Jara una mañana de lluvia, cuando empecé a leer su libro, escuchando el eco de la gotera, advirtiendo el progreso de aquellos hilos de agua que arañan la tierra y alimentan los ríos; una mañana donde los gatos buscaban cobijo, mientras los truenos arremetían bruscamente, y el fiero viento hacía ulular las frazadas del tendedero, cerca de un triste horno de barro, que majestuosamente y con la más alta valentía espera su muerte. Aquella mañana, Robert era un niño y, súbitamente, yo también lo era.

Nostalgia de barro es el mejor homenaje que se le puede hacer al pueblo en el que la niñez saboreó infinitas emociones, entre polvorientas callecitas, escuchando de qué manera los gallos / trizan el silencio, percibiendo un coro de pasitos / laboriosos y apurados.

Nostalgia de barro, no es un libro; es, más bien, un pueblito hecho libro. Éste se constituye de tres libros independientes: Cantata al silencio, Los abuelos de mis abuelos, y Nostalgia de Barro. Desde el inicio, uno se sumerge en un océano de recuerdos y aventuras que evocan el tiempo y el espacio, acompañado por diversos senderos, donde vemos el campo, oteamos el humo que emerge de las casas, apreciamos el vuelo de las aves. Caminamos con el poeta y sentimos su mundo, nos hacemos parte de su vida, somos uno y a la vez somos todo. Somos polvo, somos arena, somos campo, somos cerro, somos día y noche, somos abuelos, padres e hijos. Somos luna y sol, y cuando somos playa y dejamos de silbar, nuevamente, siendo sol y luna, lloramos.

Robert Jara, es consecuente y demuestra, a través de una adecuada y elaborada lírica, la grandeza de su pueblo, su identidad, su origen. El autor rinde homenaje al abuelo ancestral, la nobleza de éste y la fortaleza con la que recoge los embates del destino. También reconoce al abuelo que vino del mar.

Interroga a sus antepasados, al abuelo ancestral y al que se esconde entre la barba. Al primero le dice: Abuelo / cuéntame de tus playas / tus valles / tus cerros / de esos labios / de esos vientres / de esas tetas / en fin / de todas tus yuntas milenarias; al segundo: Por qué abuelo / saliste del mar echando espuma / por qué regaste pólvora / en vez de caricias. Robert Jara insiste y continúa: Por qué me diste el respiro / entre gallos y medias noches, entre orgullos esquirlados / robando besos / extirpando idolatrías / navegando ríos de sangre. El poeta no puede esquivar su pasado, no puede negarlo. El poeta reconoce su origen, el dolor, el sufrimiento.

La historia relata sucesos y trata de explicar, en base a fuentes, cómo sucedieron determinados hechos. El poeta conversa con los personajes de la historia, lo sigue haciendo y no se detiene, avanza y fortalece su identidad, sigue creciendo, se desenvuelve en su patria; es nieto, y continúa creciendo. Pero… / lo siento abuelo barbudo / será de mi abuelo acallado / mi lápiz / y mi voz / sólo hasta que su sangre / ya no sea un topo / ya no sea un pez / y cante / a dúo contigo / codo a codo / oreándose y / meciéndose / en las olas de mi pellejo.

En esta nueva poesía, de contexto costeño y norteño, se reúnen variados elementos. Robert Jara nos acerca a lo sublime, al dolor, a la verdad. La atmósfera se hace dulce cuando el poeta nos acerca a su niñez, nos presenta a su padre, a su madre, sus hermanos. Ama su tierra, ama su vida. Su poesía vivifica al campo, al arado, al gallo negro, a la piedra, a la tribu, al pan, al arroz, a la sopa…

Mamá mientras llora mastica un trozo de pan, un poco de arroz, un poco de sopa. Y siempre, desde siempre, alguna lágrima húndese en su boca.

Sin duda, Nostalgia de barro es un libro que nos introduce en la tierra del poeta. Somos elementos del pueblito y lo valoramos tanto como el poeta lo hace.

La sensación que queda, luego de haber leído el libro, subrayado algunos párrafos, resaltado frases, es volver a leerlo. Sin embargo, puedo dar testimonio y tener la certeza que el pueblito sigue siendo hermoso, y lo seguirá siendo. Conocer el pueblito es ahora otro de mis anhelos. Por ello, al igual que Robert Jara, el mejor homenaje que le podemos hacer a nuestra tierra es quererla y apreciarla. Somos un país muy complejo, somos una patria hermosa. Robert Jara es un ejemplo de compromiso y la difusión de su obra es importante para toda nuestra sociedad. Desde Huamachuco, enviemos un abrazo y muchos éxitos a este gran poeta.


Huamachuco, marzo de 2013

_________________________


Francisco Moreno Ruiz (Huamachuco – La Libertad)
Estudió Gestión Cultural e en el  MALI (Museo de Arte de Lima)
Estudia  Ciencias Sociales – Historia en la UNMSM

Thursday, February 14, 2013

Pablo Edmundo Céspedes Nureña

“El referente literario más antiguo que tiene Guadalupe es Pablo Edmundo Céspedes Nureña (Guadalupe, 1876 − 1948). Esto convierte a Pablo Céspedes, por justicia histórica, en el patriarca de la literatura guadalupana; aunque por cuestiones dialécticas es muy probable que exista alguien que lo precedió en el oficio pero que lamentablemente su obra no se conservó y/o publicó. La obra, después de todo es el único producto-evidencia del quehacer literario, y es lo que finalmente cuenta a la hora de hacer un balance literario, a la hora de reconstruir el proceso literario de un determinado espacio geográfico.” (Cuatro más, Robert Jara, 2012)

Cuadro heroico

Es un cuadro edificante
donde palpita el recuerdo
de mi sonriente infancia
mezclado al dolor acerbo;
que suscita en mi memoria
aquel episodio homérico,
en el que el trágico heroísmo
de tres viriles obreros,
ante el plomo de Araucanía
con estoica fe cayeron,
como caen los valientes
con el rostro erguido al cielo.

Son Fernando y Justo Albújar
hijos natos de mi suelo
que, con Guarniz resignados
la misma pena sufrieron,
símbolo de honor preciado
que ha de conservarse ileso
haciendo sobre su tumba
donde reposan sus restos
la promesa decidida
de formar un haz compacto
en aras de un solo anhelo:
la grandeza de ésta tierra
que dio esos temples de acero!


Apoteosis

A  la memoria del fusilamiento de los
hermanos Fernando y Justo Albújar y
Manuel Guarniz, el 28 de octubre de
1880, en la ciudad de Guadalupe.


Es una fría mañana,
densa niebla al cielo cubre,
mañana del mes de octubre
silenciosa, funeral;
y una villa antes galana
como una virgen doliente
dobla la prístina frente
bajo un designio fatal.
Es Guadalupe, la amada
donde se meció mi cuna,
donde guardo una fortuna
en su ruinoso panteón;
que bajo cruz empolvada
de unos sepulcros helados
yacen huesos adorados
su fatal evolución.
Es la tierra hospitalaria
centro de paz y bonanza
donde el peregrino alcanza
siempre un asilo y un pan;
es la mansión solitaria
a cuyo recuerdo santo
tregua doy a mi quebranto
y dulcifico mi afán

¿Que tiene este noble suelo
en que otrora fue tan dichoso,
que así nublan su reposo
las sombras de la aflicción?
¿Porqué un hondo desvelo
sus pacíficos vecinos
se ven tristes y mohínos
como lóbrega prisión?

¡Ah! la guerra desastrosa
semillero de hondos males,
en nuestros patrios anales
negra página escribió;
y la Araucanía envidiosa
confirmando su ralea
a ruin, injusta pelea
artera nos provocó.

Cuatro años de dura guerra
en que el Perú valeroso
siempre noble y generoso
por sus derechos bregó;
que, con infamia que aterra
y furia de hambriento lobo,


a la matanza y al robo
Chile vil se dedicó.

En esta etapa de duelo,
en esta odisea cruenta,
Guadalupe nos presenta
un episodio de horror;
recuerdo que atroz desvelo
da al alma en sus desengaños
que al transcurso de los años
se aviva con más fulgor.

Son las diez de la mañana
todo en silencio perdura,
negro signo de pavura
pinta al fiel la situación;
y una facción miliciana
brotada del inmundo cieno
sale del cuartel chileno
y se encamina al panteón.

A sus diestra, resignados
ante este destino infausto
van a darse en holocausto
por su patria y por su honor;
dos seres ¡ay! desgraciados,
de un mismo seno nacidos
y que conformes y unidos
va a ultimar el invasor.

Es Fernando el laborioso
y Justo el adolescente,
digno, leal, inteligente
de bien puesto corazón;
y un compañero afectuoso,
Guarniz, de contraria suerte,
recibe la misma muerte,
llena la misma misión.

A la vez, en los hogares
de la Villa memorada,
un adiós de alma angustiada
se oye tierno percutir;
las damas lloran a mares,
los hombres sienten desvelo
y hasta el vivaz pequeñuelo
se escatima de reír.

Mientras el cuadro doliente
transcurre lúgubre y serio,
han llegado al Cementerio
las huestes del vil Caín;
y, con cinismo insolente
a la inocencia y pureza
abren su fúnebre huesa,
dan su postrimero fin.

Descansen en paz los restos
de esos nobles artesanos,
los buenos guadalupanos
siempre su tumba honrarán,
recordando esos funestos
días de tristeza y luto
que son perenne tributo
de la pobre humanidad.


De: Tributo (Robert Jara, 2008)

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Pablo Edmundo Céspedes Nureña (Guadalupe, 1876 - 1948).


Pionero del periodismo regional: funda periódicos de tinte  literario como también político, entre los que cabe destacar  El recreo del hogar, El obrero, y La unión. Sus primeros pasos periodísticos los dio en el semanario El Ferrocarril. Fue maestro de escuela. Primer escritor guadalupano del cual se tiene noticia. Su creación literaria ha sido reunida y publicada por primera vez, a 48 años de su muerte,  bajo el  titulo Cardos y  Malezas, por iniciativa de sus hijos. Aún resta reunir su obra dispersa en periódicos y revistas.