Saturday, June 28, 2008

La inclemencia del tiempo

Si tienes una obra literaria que valga la pena, súbete al tren de la literatura, como puedas; de lo contrario, quédate abajo, a menos que desees que el tiempo te baje a punta de patadas.

El poeta amigo, el crítico amigo, el editor amigo, el periodista amigo, el amigo en general, tiene el poder pasajero –prestado- para darte un empujoncito y subirte al tren de la literatura; mientras que el tiempo tiene el poder incorruptible e irrevocable de bajarte, si así lo cree.

El solo hecho de estar en el tren de la literatura no sirve absolutamente de nada.

Un lector puede ser desprevenido, el tiempo no.

Un crítico puede ser parcial, el tiempo no.

El tiempo es el mejor lector.

El tiempo es el mejor crítico.

El tiempo decanta al lector desprevenido.

El tiempo decanta el canon literario.

El tiempo es el mejor antólogo del mundo.
(las mejores antologías son de su autoría
)

2 comments:

Jorge David Capiello-Ortiz said...

Oye "Chusco", tu blog se ha vuelto cada vez más ácido. No lo digo como juicio, lo digo por lo grato. Lo cual no es igual para la crítica pesando lo crítico del asunto. Unos CASQUILLOS en celebración.

Abrazos,
El C@py


Artífices


La muerte traza con su dedo
la línea entre escritores
y quienes hacen arte.
Los primeros, escriben
los segundos, todavía se leen.



Artífices II


Hay quien escribe para si mismo
y hay quien escribe para ser leído
pero hay quien logra escribir
para que otros quieran leerlo.

Robert Jara said...

Con el ácido literario ocurre lo que ocurre con el amargo de la cerveza, de tanto probarlo sabe tan dulce.

Saludos