Un día como hoy, Borinquen, tu brisa tocó el tambor de mi pecho...

Un pie en la cebolla gigante
(nido de palomas y cuervos)
y la visa se agria
adquiere el color del autoexilio
aunque…
¡pareces bocanada precisa
contra el ahogo prematuro y permanente!
Detesto las adas peruanas y maldigo
el adorable bolsillo roto de la tribu
y el plomo de su sueño endosado
pero aún así los quiero
¡Por qué no me atajaron más, de a quedada ?
no te vayas hijito, hermano, tío, ven, ven…
El Perú respira asmático
corre obeso
escupe tísico
El reloj calienta las turbinas
El aeropuerto se hamaca en rutilantes ojeras
ágil pez de lágrimas
El piloto va conmigo conduéleme
sabe que regresa de inmediato ¡que suerte!
¿Quién andará picando cebollas?
35 años mi maleta de gordura democrática
y sólo un espinazo
y sólo un nervio
de muletas o de prótesis
¡Cuánta lágrima protesta contra la hélice
Cuánto lágrima impotente
Cuanto quédate vestido de adioses!
Mamá sequita por fuera hermano
hasta que la hélice mordió su ombligo
Adiós. Adiós... manoteo desde la panza del exilio involuntario
Adiós. Adiós hizo mamá al avión
y entonces se arreumaron sus ojos
Bramaba, rugía… igual que un mar parturiento
¿Hasta cuando mijito hasta cuando!
Hasta que tu bolsillo quede remendado
hasta que tu pulmón alumbre frescas olas
Yo no te lloré, tenía que sobarle aún
su vientre por 10 horas de camino