Friday, October 12, 2012

Simplemente Angelats

Un trilciano en Guadalupe

(Texto introductorio, por Robert Jara,  de la plaqueta de poesía del vate guadalupano /trilciano  Miguel Angelats Quiroz)

I

Miguel Angelats es un caso sui géneris, sin lugar a dudas, dentro de la breve tradición literaria de Guadalupe. Por conversaciones personales sostenidas con la mayoría de los escritores vivos de Guadalupe y de Trujillo descubrí con asombro que si bien muchos habían oído que Angelats era un poeta y un excelente orador, casi nadie lo había leído (ni oído), a excepción de los que lo conocieron en vida. Entonces, colegí que se le había concedido el título de poeta y orador por tradición, fe y gratitud, seguramente. Hasta hace un lustro yo había leído apenas el poema Huida de Angelats , el cual había sido publicado en la revista Runakay (1977, Nº 04); poema tomado, según nota aclaratoria de Runakay, de la revista Espigal (1959); poema que incluí en la plaqueta Poemalia (Ediciones Namul, 2007, pag. 18). Si este era el nivel de conocimiento que tenía sobre la obra poética de Angelats alguien comprometido con la literatura, huelga decir lo que sucedería con el nivel de conocimiento de las personas no comprometidas. Esto fundaría y ahondaría mi afán por conocer y difundir la obra de este poeta guadalupano. Y es en estos afanes que algunos escritores que conocieron a Angelats en persona me ofrecieron conseguir algunos datos biográficos, algunos poemas, algunos discursos del poeta guadalupano; pero apenas lograron confirmarme lo que ya había oído: era un buen poeta y un buen orador; así como también confirmarme que lo poco que Angelats había publicado en vida lo habría hecho en las páginas del diario Norte.

II

No fue, sino hasta hace un par de años, que pasando asistencia en un aula de la Universidad César Vallejo, me topé con el nombre Juan Angelats; fue imposible que el nombre de mi nuevo estudiante no me trajera a la memoria a Miguel Angelats y la deuda literaria que tengo con éste, por lo que ni bien terminé de pasar lista abordé a mi estudiante. Tras la pregunta de rigor −¿Conoces a Miguel Angelats?−, Juan me dijo que no sólo lo conocía, sino que Miguel Angelats era su tío; entonces le manifesté mi afán de conocer la vida y obra de su tío, y de inmediato me dijo que podría conectarme con su prima Helga Angelats , nada más ni nada menos, que hija de Miguel Angelats. Y así fue, como hace un par de meses, tras un diálogo extenso, aunque fragmentado y poco fluido a través de la Internet, Helga, yo y Juan, nos reunimos en persona. Hablamos largo y tendido, comiendo y bebiendo. En el fragor de la conversa Helga me confesó que algunos años atrás había recopilado (parte de) los poemas que su padre publicara en el diario Norte; pues se había propuesto publicar y difundir la obra de su padre, pero que motivos ajenos a su voluntad no se lo habían permitido. Tras convencerse –me lo confesó luego– de mis desinteresadas intenciones literarias, Helga finalmente dijo lo que yo había estado esperando por largo tiempo: Robert, el próximo sábado que voy a casa, te envío todos los poemas que he recopilado de mi padre. Helga, con el apoyo de su amigo Jorge Benites , se había tomado el trabajo de fotografiar, y luego tipear en digital, los poemas de Miguel Angelats publicados en el diario Norte . Salté en un pie, sin moverme de mi silla; se me iluminó el rostro: por fin leería otros poemas del poeta guadalupano, por fin tendría poemas (prácticamente) inéditos para publicar y difundir en Guadalupe (en particular) y en otros espacios geográficos.

III

Por días rogué que Helga no se desanimara y cumpliera su promesa: entregarme los textos de su padre. Pero luego, cuando ya tuve el sobre manila en mis manos, rogué porque los textos que yacían dentro fueran de tal factura poética que mi (búsqueda) espera (nza) valiera la pena. Un temor primitivo sustentado en la teoría de probabilidades mantenía viva la posibilidad más trágica: que la poesía de Angelats fuera un fiasco, digna de todo olvido. De haber sido así, ahí habría terminado mi interés por Angelats, ahí habría abandonado mi larga búsqueda; pues su guadalupanidad no hubiera bastado para derrumbar mi convicción a prueba de balas: lo guadalupano se apoya sí y sólo sí tiene valor (literario, en este caso). Para suerte mía y la de todos los guadalupanos, tras la primera lectura a vuelo de pájaro, me quedó una grata sensación en el pecho. Tras lecturas más sosegadas e íntimas se esfumó de mí todo temor primitivo, y me preparé a dar la bienvenida, con conocimiento de causa, ahora, a este nuevo poeta guadalupano. Me invadió un sentimiento de culpa descubrir que esta poesía de buena factura literaria permaneciera oculta bajo el polvo del olvido.

IV

Es importante aclarar que aunque Angelats publicara durante años en el diario Norte de Trujillo, y quizá lo hiciera, la lógica así lo dicta, en otros medios escritos contemporáneos, respecto a la publicación y difusión de su obra es, sin caer en arbitrariedades ni mezquindades, un poeta desconocido, un poeta nuevo, a pesar de contar desde siempre con el título de poeta (y de orador). En realidad lo mismo sucedía en Trujillo, por ejemplo, ciudad donde se asentó definitivamente, a excepción de algunos años que lo hizo en Lima.

Ya con un corpus literario, aunque breve, de Angelats en mano; ya con la certeza de que Angelats es un poeta guadalupano que merece ser (re)conocido por justicia literaria ─y no por chovinismo trasnochado─, sólo sería cuestión de tiempo el que su obra viera la luz negada por las décadas. Y así fue. Angelats es al poco tiempo incluido en la plaqueta Cuatro más (Ediciones Namul, julio de 2012) como uno de los cuatro nuevos poetas (re)insertados a la breve tradición literaria de Guadalupe (y del Perú). En Cuatro más se publican sólo 06 poemas , por cuestiones de espacio, de los 21 que componen el corpus (recopilado), como si de un avant premiere de Simplemente Angelats se tratara.

Simplemente Angelats aunque es el colofón lógico ─más factible─ del proceso de búsqueda, rescate y difusión de la obra de Angelats, no es el colofón ideal: la plaqueta debe necesariamente elevarse al libro; y el libro, necesariamente elevarse (ampliarse) hasta cubrir la obra completa del vate guadalupano. Es el colofón editorial, aunque humilde por su formato y tiraje, ambicioso por su finalidad.

Simplemente Angelats, es una plaqueta que reúne en un solo espacio textual, por vez primera, el corpus poético más amplio y ambicioso del poeta guadalupano: 21 poemas, que dispuestos en orden cronológico, según fecha de publicación, son:

01. Huida (1959) / 02. Crepuscular (Trujillo, 20 de diciembre de 1959) / 03. Mensaje de año nuevo (*) (Trujillo, 01 de enero de 1960) / 04. Presencia marina (*) (Trujillo, 28 febrero de 1960) / 05. Búsqueda de mi voz (Trujillo, 10 de abril de 1960) / 06. El principio (*) (Trujillo, 05 de junio de 1960) / 07. Te juramos, amauta (Trujillo, 28 de julio de 1960) / 08. Canto para acabar mañana (Trujillo, 18 de setiembre de 1960) / 09. Juguete primaveral (Trujillo, 23 de setiembre de 1960) / 10. Encuentro con la luz (*) (Trujillo, 27 de Noviembre de 1960) / 11. En su tránsito (Trujillo, 04 de junio de 1961) / 12. Mandato de las sombras y la luz (Trujillo, 28 de julio de 1961) / 13. Increpación nocturna (*) (Trujillo, 12 de noviembre de 1961) / 14. Palabras de esperanza (Trujillo, 13 de enero de 1962) / 15. Víctor Raúl (Trujillo, 22 de febrero de 1962) / 16. Gris (Trujillo, 08 de abril de 1962) / 17. Palabras del silencio (Trujillo, 18 de agosto de 1963) / 18. Palabras para el tiempo (Trujillo, 1963 ó 1964) / 19. Bohemia (Trujillo, 23 de febrero de 1964) / 20. Viaje a la sombra (*) (Trujillo, 12 de julio de 1964) / 21. ¡Búfalo! (Julio de 1979)

El poema 01 tiene como fuente primaria a la revista Espigal (1959); de donde es tomado y publicado por la revista literaria Runakay (1977, Nº 04); el poema me lo facilita el poeta Antonio Escobar el 2007. Los poemas del 02 al 20 tienen como fuente primaria a la Página Literaria del diario Norte de Trujillo, publicados entre 1959 −1965, y facilitados a mí por Helga Angelats el 2012. El poema 21 tiene como fuente primaria a la Revista ABC (1979, Año IV - Nº 61, julio 12 - julio 26); de donde es tomado por el blog Comando Universitario Aprista de la Universidad Nacional Federico Villarreal; el poema lo ubiqué en la Internet el 2012.

Los poemas de Simplemente Angelats han sido (re)ordenados atendiendo a su forma. De ahí que el poemario se divida en dos partes: la primera, Verso, que consta de los poemas en verso: 01, 02, 03, 04, 05, 08, 09, 10, 12, 13, 14, 16, 17, 18, 19, 20, 21; y la segunda, Prosa, que consta de los poemas en prosa: 06, 07, 11, 15.

V

Miguel Angelats perteneció al grupo literario Trilce, uno de los grupos literarios más importantes del norte del Perú; membresía, por cierto, sin parangón en la breve tradición literaria de Guadalupe. Se codeó, sólo por mencionar algunos nombres, con Teodoro Rivero-Ayllón, Juan Paredes Carbonell, Santiago Aguilar, Eduardo González Viaña, Eduardo Paz Esquerre, Jorge Díaz Herrera, Mercedes Ibáñez Rosazza, Gerardo de Gracia (+), Rogelio Gallardo (+), Manuel Ibáñez Rosazza (+), Juan Morillo Ganoza (+), Julio Garrido Malaver (+) (escritores); Gerardo Chávez, Manlio Holguín, Armando Reyes (+) (pintores); Cristóbal Campana (historiador); Walter Palacios Vinces, Juvenal Ñique, Horna, Víctor Raúl Haya de la Torre (+), Antenor Orrego (+) (políticos, periodistas, pensadores)... Su sola pertenencia a Trilce (y su cercanía a los miembros del grupo) bastaría, como viene sucediendo, para que el nombre de Miguel Angelats se cuele por las rendijas de la historia literaria de la región; pues sucede que sus colegas de letras como quienes estudian a Trilce no pueden evitar decir, ya sea por nostalgia, por coyuntura y/o por inercia históricas, lo buen poeta y excelente orador que era Miguel Angelats. Si bien esto asegura su permanencia en la historia literaria, más importante y justo sería que su permanencia fuera asegurada por la calidad estética de su obra; es decir, por un lugar ganado a pulso dentro del canon literario. Pero, lamentablemente, lo último sólo sería posible si se publica y difunde, en forma integral y sistemática, la obra del poeta guadalupano; he ahí el sentido exacto de este breve trabajo.

Resulta sintomático que Miguel Angelats, habiendo sido un miembro consuetudinario y activo del grupo literario Trilce, no publicara libro alguno en vida, así como el que tampoco Trilce lo hiciera a 14 años de su muerte, ya sea como un tributo a la amistad, un tributo al recuerdo, ya sea como un homenaje póstumo, ya sea como un gesto de justicia literaria. Quizá estoy endosándole, equívocamente, a Trilce una deuda espuria, que sólo cobra realidad desde mi condición de guadalupano; aunque yo esté convencido que dicha realidad se deba más bien al indiscutible valor literario e histórico que el grupo ostenta; valor que exige la difusión de la obra, no sólo de Miguel Angelats, sino de todos los autores inéditos y/o olvidados de Trilce. Contándole, hace poco, a Teodoro Rivero−Ayllón, principal promotor de Trilce, sobre el trabajo que vengo realizando con la obra del poeta guadalupano y la inminente publicación de Simplemente Angelats, emocionado me dijo: me parece muy bien, esa (la publicación) es una deuda que nosotros (Trilce) tenemos con Miguel.

VI

Dada la imposibilidad de acceder a los originales, debido a que el poeta (+) no ha dejado los originales (de puño y letra), para efectos de este trabajo, Runakay (poema 01), Diario Norte (poemas 02 al 20), Blog Comando Universitario Aprista de la Universidad Nacional Federico Villarreal (poema 21), fungen de fuentes primarias.

Esta imposibilidad, frustrante por cierto, nos priva de poder contrastar los poemas originales con los poemas fuentes; nos priva de poder discernir si los gazapos hallados son responsabilidad del poeta o de los editores; nos priva de poder saber si se tratan de simples errores de edición o de errores inherentes al proceso creativo del poeta.

Amparados en la buena fe, en la catadura poética de Miguel Angelats, y en mi criterio, se ha optado, para efectos del presente trabajo, por eliminar los gazapos. Se han realizado, además, leves ajustes ortográficos y de (signos de) puntuación. Los cambios (leves), en suma, son tales que no atentan contra el espíritu libre y creativo del poeta guadalupano.

VII

Todos los poemas a excepción del primero (Huida) y el último (¡Búfalo!), fueron publicados entre 1959 y 1964 ─19 poemas en 06 años / 03 poemas por año─ ¿Y la obra poética de Miguel Angelats producida entre 1965 y el año de su muerte (1998)? ¿Sería razonable suponer que en 34 años Angelats no habría escrito poesía, al menos al ritmo del periodo 1959−1964? Amparados en la dialéctica creativa y las matemáticas, lo razonable sería depositar la fe en los 102 poemas probables que esperan ser (re)descubiertos. Si a esto le sumamos el hecho de que el ritmo de creación siempre es superior al ritmo de publicación, y de que Angelats empezó a escribir (quizá) desde los 17 años, la cota inferior de poemas probables aquí calculada y propuesta no deja de ser un número realista. Esto justificaría los trabajos de investigación venideros sobre la obra literaria de este gran poeta guadalupano.

Miguel Angelats ha venido para sorprendernos y habitar definitivamente entre nosotros. He aquí su verbo intacto, poniendo las manos limpias en el fuego.

No comments: