Saturday, June 21, 2008

Taxonomía del crítico

Un intento poco serio –léase serio en más de una acepción– por clasificar al crítico; ese ser tan necesario dentro de todo sistema literario que se precie de serio. No hay motivo oscuro para esta parcelación taxonómica, como tampoco lo hubo cuando lancé la pregunta: ¿Quién es el poeta más pedante del Perú?, aunque así me lo insinuara más de uno. Sólo quiero poder hacer distingo entre uno y otro crítico; pues si bien todos son críticos, no todos son iguales. Hay, por ejemplo, de los que critican pensando en la obra, hay de los que critican pensando en el autor, hay de los que critican pensando en la publicidad; hay de los que critican con el bolsillo, hay de los que critican con el hígado, hay de los que critican con el corazón, etc. ¡Cómo no resultar tentado ante tanta diversidad¡ Si a esto le sumo mi obsesión por el orden, y por cómo nombrar a lo huidizo, esta aproximación taxonómica -que es lo que es– resulta casi natural. Aquí mi propuesta –abierta, inconclusa, etc.– que me permite poder distinguir y nombrar, a un nivel menos general, a esa rara avis llamada crítico, a esa rara avis que sufre estoicamente la fatalidad de ser instantáneamente amado por todo aquel autor de cuya obra ha comentado cosas lindas; y odiado, con más o igual intensidad, nunca menos, por aquel autor de cuya obra ha comentado cosas feas o bien no ha comentado nada (el silencio -la indiferencia- del crítico es más devastador que su crítica negativa -viperina-)

Crítico diplomático: su crítica apunta a mantener las buenas relaciones.
Crítico paternalista: su crítica apunta a dar ánimo y/o alas a los autores noveles y/o desconocidos.
Crítico empático: su crítica depende del grado de empatía que tenga con el autor
Crítico impulsivo (emotivo): su crítica depende de su estado de ánimo.
Crítico piadoso (compasivo): su crítica obedece a un acto de compasión
Crítico tribal (amical): su crítica se ocupa de autores amigos y/o cercanos.
Crítico optimista (positivo): su crítica sólo ve lo bueno de una obra.
Crítico pesimista (negativo): su crítica sólo ve lo malo de una obra.
Crítico relacionista: su crítica depende del grado y/o clase de relación que tenga con el autor.
Crítico textual: su crítica se ocupa de la obra mas no del autor.
Crítico autoral: su crítica se ocupa del autor mas no de la obra.
Crítico banal: su crítica aunque se ocupa de la obra no dice nada sobre esta.
Crítico evasivo: su crítica se va adrede por las ramas.
Crítico generoso (bonachón): su crítica es siempre benévola (para él, por ejemplo, no hay poeta malo)
Crítico acrítico (inopinado): su crítica es exenta de toda crítica.
Crítico patero (ayayero, lameojo): su crítica no busca sino congraciarse con el autor
Crítico bumerang (convenido): su crítica es –o espera- un acto de retribución
Crítico gas (garrapata, arribista, sanguijuela): su crítica se ocupa exclusivamente de autores consagrados y/o famosos.

2 comments:

Anonymous said...

Puede caber también este tipo de críticos:
Crítico regionalista: cuya crítica solo se limita (por amor al terruño, sin duda) a los autores de su localidad.
Crítico crítico (o crítico puro... especie rara, pero hay) que se limita a realizar una crítica limpia e imparcial, sin importarle el resultado (adverso o no) de su valoración y/o interpretación.
Crítico periodístico: aquel que cobra un sueldo mensual y que, básicamente, se encarga de los libros que le impone el medio donde trabaja, el cual ha hecho un trato previo con las grandes editoriales (las chicas no caben aquí).

Robert Jara said...

Buen aporte.

Crítico crítico no es lo que se supone debe ser el crítico (a secas)?

Saludos.