Wednesday, August 13, 2008

Sobrino, yo no me quiero morir

A mis tíos Medi y Aguchín,
en nombre de los hijos que nunca (es)tuvieron.

Mi tío Medi ha (sobre)vivido, desde siempre, a punto de ampollas y pastillas.

Para fiestas patrias lo fui a visitar por última vez. Jamás imaginé que aquella visita fugaz sería la última. Hoy que ha muerto lo sé: hoy lo velan, mañana lo entierran, y la Lima gris no va a dejarme asistir al funeral. No te mueras, tío, recuerdo que le dije; no te mueras, en diciembre nacerá mi primer hijo y yo quiero que lo conozcas, quiero que juegues con él. Miró la barriga de mi esposa, que estaba junto a mí, al pie de la cama, y sonrió. Tras un breve silencio me dijo con voz entrecortada: sobrino, yo no me quiero morir; aunque sea con mi bastoncito me gustaría caminar por ahí. Pero ya ves, tío, ni conocerás en diciembre a tu sobrino, ni caminarás con tu bastoncito por ahí. Tío, la muerte es sorda, la muerte es dictadora.

Tío, ¿hasta cuándo crees que tu hermanito Aguchín, tu yunta, por inercia, correrá asustado hasta la farmacia? Tío, ¿hasta cuándo crees que tu hermanita Rafa dejará de llorarte a solas en el corral de la casa? Tío, ¿sabes?, creo que van a llorarte mucho los médicos y los dueños de las farmacias. Tío, no imaginas cómo duele saber que tú sabías que te estabas muriendo pero que no querías morir: sobrino, yo no me quiero morir; aunque sea con mi bastoncito me gustaría caminar por ahí. Pero ya ves, tío, ni el lomo triste de Aguchín, ni la exigua propina de Rafa, ni tus (los) rezos, ni tus (las) pastillas, ni tus (las) ampollas pudieron postergar más la cita que desde siempre venías postergando. Tu Dios, tío, se ha cansado de esperar. ¿Sabes?, te he visto aferrarte tanto a la vida, tío, que si yo fuera Dios no hubiera tenido corazón para llevarte conmigo. A Dios, tío.

Negritos, dos. Farmacéutico más oxidado
desvívese por su único paciente

Albañilería trueca en farmacia
tan necesaria:
adormece queja
y sonríe leve
trágico
por su paciente asqueado de cápsulas

Farmacéutico religioso suda crónicas horas
(humanidad en hospital humanidad en convento)
y primavera
y abarrota farmacia
desmantelada por lotes a consulta de fe

Sin farmacia: ¡hace rato la cuerda familiar se hubiese podrido!

Negritos, dos: farmacias ambulantes a punto de clausura
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En la foto: Medi, Robert, Aguchín

2 comments:

Anonymous said...

Putamadre hermano, ya van exactamente catorce veces que leo "Sobrino, yo no me quiero morir", y en cada uno de estos intentos consumados por hacerme el huevón con la muerte, llega a tocar la orilla de mi ojo una puta lágrima. Ha de ser que voy comprendiendo todo, o al igual que tú, yo tengo y no voy a tener más a Medi en Casa.

Cromwell Pierre.

Robert Jara said...

Hay seres hermano que no se resignan a la muerte...

Quizá todos tengamos un medi rondando cerca a nosotros.

Es muy triste ver a un moribundo resistiéndose a la muerte.

Sabes?: ojalá un dia la muerte se muriera; ojalá ese día sea un poquito antes de que la muerte visite a mi madre, a mi padre, a mis hermanos, a mis tios, a mis sobrinos, a mis primos, a mis amigos, y a todos mis etcéteras queridos...