a divertirse conmigo
con sus tijeras
Oigo venir a ese par de meses blancos
sí
y quizá no le baste recordarme el desuso de mi nombre
la inutilidad de mis dientes
la inutilidad indudable de mis bolsillos
y lo prescindible que resultan mis huesos
por aquello de divertirse a lo grande
mientras tiento capullos en la arena
Sé que vendrá ese par de meses blancos
la historia es dictadora
pero yo lo burlaré
qué importa
nutriéndome de la sonrisa huraña y forastera
de mi voz desorejada
de tu voz sin nervios ni músculos
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